Carey Mulligan y Keira Knigthley: Belleza y sensibillidad

Carey Mulligan y Keira Knightley, dos actrices británicas nacidas en 1985 que empezaron su carrera profesional siendo muy jóvenes, y sin dilaciones pasaron a formar parte de las actrices hollywoodienses más prometedoras del s xxi.

No sé a cuál de las dos descubrí primero, pero sí que puedo afirmar que ambas me sorprendieron favorablemente. Partía de cero, sin prejuicios, pues no las había visto nunca en la gran pantalla ni tampoco había leído ninguna crítica de las mismas.

Una desconocida Carey Mulligan se mostró con todo su esplendor, su carismática inocencia y sensibilidad, y con su hoyuelo que aún la hacía más tierna, en la película Una educación (2009), dirigida por Lone Scherfig y co-protagonizada por el actor Peter Sarsgaard. Y pensé, "esta joven actriz va a tener un gran futuro en el cine porque enamora a la cámara solo con mirarla". En su papel de una veinteañera universitaria de educación conservadora, que se enamora de un hombre mayor que ella, pero eso no es impedimento para liberarse de los cánones establecidos y "vivre la vie". 
Como ya preveí, la actriz fue nominada al Oscar, y ganó un BAFTA por su papel protagonista. 
A más de un espectador/a le puede venir a la cabeza el paralelismo entre Mulligan y el papel de la mítica Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (incluso se comenta que la actriz podría estar rodando un remake de My fair Lady).




A partir de ese primer encuentro, cada vez que he visto en la cartelera el nombre de Carey Mulligan, no he dejado pasar la oportunidad de verla nuevamente (y algunos films que tengo pendientes).

Por otra parte, Keira Knightley se hizo famosa con tan solo 17 años, en la superproducción  Piratas del Caribe con sus tres secuelas. En esta película, el protagonismo recaía en el alocado pirata interpretado por el icónico actor Johnny Depp, y entre tantos filibusteros masculinos, resaltaba la belleza, juventud y atrevimiento de Keira. Fue un éxito de taquilla y supuso algunos premios -poco conocidos- para la actriz.


Pero fue en Orgullo y Prejuicio (2005) cuando reparé en su gran interpretación dramática, y que con tan solo veinte años se había convertido en toda una estrella, con su estilo entre la fragilidad y una atractiva rebeldía. Una cinta basada en la novela homónima de Jane Austen y de la que ya se habían hecho dos versiones cinematográficas anteriores.


Y es en este momento, que enlazo a las dos actrices, pues Carey Mulligan formó parte del elenco de Orgullo y Prejuicio, en el papel de Kitty, la hermana menor de Lizzy (Knightley).

En 2010 comparten protagonismo en Nunca me abandones, una película que mezcla el dramatismo con el futurismo distópico. A pesar de la trama controvertida y angustiante, se potencia la amistad de las protagonistas que las une hasta el final de sus vidas, configurando un triángulo amoroso con otro personaje (interpretado por Andrew Garfield), del cual las dos beben los vientos. También en la vida real, la amistad entre Mulligan y Knightley perdura desde que trabajaron juntas por primera vez. Esperemos que nos vuelvan a deleitar con su actuación conjunta próximamente. 


Con su papel dramático en Expiación (2007), bajo la dirección de Joe Wright, Keira Knightley desmontó la tesis de la crítica que la tachaban de hacer malas películas y destacar más por su glamour y belleza que por su profesionalidad. Basada en una novela de Ian McEwan, refiere el dolor que pueden producir en los otros unos actos hechos desde los celos y la inmadurez, y como éstos mismos pueden cambiar radicalmente la vida de los implicados. 
La película parte de un presente concreto y hace un flashback, para narrar el inicio clave de la trama -situándose en unos años previos a la Segunda Guerra Mundial-; y en el desarrollo se alarga demasiado y de forma tediosa con escenas del protagonista (James McAvoy) en medio de la contienda bélica. El final vuelve a recuperar con un salto en el tiempo el presente narrativo. Hay una historia de amor romántico entre dos jóvenes de clases sociales dispares (James McAvoy y Keira Knightley) que hace saltar chispas, que se corta abruptamente, y empieza una nueva historia, en donde McAvoy lleva el protagonismo en todo el transcurso de las escenas de guerra. 
Destaca la preciosidad del vestuario de época, las actuaciones (una adolescente Saoirse Ronin está estupenda en su papel de hermana pequeña segundona y celosa de Knightley, y que es la culpable de destrozar la vida de los enamorados, y de causarles la desgracia) y el montaje audiovisual. 

Como sabía desenvolverse en papeles de dama de época, en 2008 Knightley interpreta el papel de Georgiana, la duquesa de Devonshire, una mujer que supo sobreponerse a su condición y su rango, y fue un ejemplo de modernidad, llegando a ser consejera de nobles y ministros en la Inglaterra del siglo XVIII. Fue un icono de la moda, creando sus propios vestuarios y complementos. Por otro lado, tuvo que soportar un matrimonio desdichado. Acusada de adulterio por el duque, fue confinada bajo arresto domiciliario y se le prohibió ver a sus hijos. 
Particularmente, me gustó la frescura, la sexualidad que emana, y la fuerza interpretativa de la actriz. La película lleva por título, La duquesa. Oscar al mejor vestuario.

Otro paralelismo entre Mulligan y Knightley, es que la primera también ha triunfado en papeles de mujeres con gran personalidad, en las épocas donde el feminismo era un tema tabú, imposible y casi punible. En la cinta Lejos del mundanal ruido (2015), del director Thomas Vinterberg, Mulligan interpreta a una mujer independiente de finales del S XIX, que se convierte en dueña de una importante propiedad agrícola, y ella misma lleva las riendas del negocio de la granja. Pronto le llegan los pretendientes (nada menos que tres), pero como es un espíritu libre, se obstina a no depender de un marido para tirar adelante su trabajo y su vida. Es una nueva versión de la clásica novela de Thomas Hardy. 


En Las sufragistas (2015) se suma el papel de una mujer de época con la lucha real feminista. Carey Mulligan defiende con autenticidad, dureza, pero a la vez, con ese encanto que le da su forma de ser, el papel de una de las integrantes del movimiento sufragista de la Inglaterra de finales del XIX. Mujeres mayoritariamente de clase obrera que lo dieron todo -incluso la vida- para defender el derecho a determinarse en la sociedad dominada por completo por hombres. 


Siguiendo con la línea de las damas de época, en 2011 Keira Knightley participó en la película Un método peligroso, dirigida por David Cronenberg, y co-protagonizada por Viggo Mortensen, en el papel del famoso psiconalista y psiquiatra Sigmund Freud; y Michael Fassbender, interpretando a Carl Jung, otro de los padres de la psiquiatría analítica. La actriz conforma un controvertido trío amoroso entre estos dos científicos -recordando la cinta Inseparables, del mismo Cronenberg-, por su morbo en tratar temas como la enfermedad mental o la sexualidad femenina.

En 2012 fue Anna Karenina, un clásico hómonimo de Tolstoi, en donde vuelve a repetir el rol de la dama de clase alta en una Rusia de finales del S XIX.

Keira Knightley nos sorprende con un papel diferente al que estábamos acostumbrados. Dejando de lado los temas clásicos, las damas nobles y frágiles de siglos pasados, en Begin Again (2014) representa a una mujer de nuestro tiempo que después de una ruptura con su pareja sentimental y componente del dúo musical que conforman, retoma su carrera de cantante en solitario, y vuelve a triunfar gracias a la ayuda de un productor neoyorkino que la descubre "casualmente" (papel que interpreta Mark Ruffalo) en un bar musical.

Dos películas en una año, en dos papeles como co-protagonista, pero que no pasan desapercibidos por su carga emocional y dramática. En Shame, Carey Mulligan interpreta a la hermana drogadicta y trasnochada del protagonista (Michael Fassbender), un adicto al sexo. Entre ellos hay una complicidad, no solo de sangre, sino por un pasado de abusos que les ha marcado y que explica su comportamiento adictivo. Es muy recomendable.

Y no olvidemos su papel dramático en Drive, junto al actor Ryan Gosling, un thriller neo-noir para los amantes de la conducción temeraria. Mulligan es toda sensualidad, sensibilidad y complicidad. Fue premiada en el Hollywood Film Festival como «mejor actriz de reparto» del año.

Comentarios

  1. Comentario de Mercè que no puede escribir en el blog directamente: "Que bien escribes y describes,
    Haces una lectura fácil, y también haces que se tenga ganas de ver las películas"

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