El cine de Ingmar Bergman: existencialismo e introspectiva del ser humano


El director sueco Ingmar Bergman (1918-2007) es uno de los grandes cineastas reconocidos mundialmente, y que cuenta con una filmografía -tanto de cine, como teatro y documentales televisivos- con una exquisitez artística y dimensional, digna de estar entre las mejores películas de la historia.

De sus obras, he podido ver grandes trabajos, tanto a nivel actoral, como por la huella que impregna el director. Filmes de desgarradoras pasiones humanas, pasando por todas las fases de la vida, desde la rebelde juventud a la soledad de la vejez. De la despierta sexualidad a los traumas internos. Del realismo a las alegorías. Y es que Bergman es además de cineasta, un filósofo, un analista del interior del ser humano, y de sus relaciones con el amor, la muerte, el dolor y con dios (temas recurrentes, y que eran una obsesión personal de él mismo). Cine existencialista e introspectivo para reflexionar. Cine de primera. 


UN VERANO CON MÓNIKA

“Harriet Andersson es uno de los genios cinematográficos. Uno sólo encuentra algunos raros ejemplares resplandecientes en los tortuosos caminos de la jungla cinematográfica.” – Ingmar Bergman

Esta película, que puso a Bergman en el punto de mira de la crítica francesa, tal vez no sea una de las más conocidas ni más representativas del director, pero sí de las más influyentes. Un verano con Mónica nos muestra la historia de Harry (Lars Ekborg) y Mónica (Harriet Andersson), dos jóvenes que huyen de sus frustrantes vidas para emprender un camino juntos; movidos por el amor y el éxtasis fugaz de un verano en el que todo es posible y, por lo tanto, quizás no todo salga como planeaban.


Pronto la gran presencia y sensualidad de Andersson se adueñan de la cámara. Parece existir una especie de acto amoroso en cada gesto, en cada movimiento, que se vuelven el epicentro del filme. El primer título importante en la carrera interpretativa de la actriz, Un verano con Mónica nos ofrece sin artificio alguno una oda amarga y descarnada al atardecer de la juventud.

 EL SÉPTIMO SELLO (1956)


El séptimo sello está considerado un clásico del cine universal y una de las mejores películas de todos los tiempos. Coronó a Bergman como un director de renombre a nivel internacional, mediante escenas que con el tiempo se han ido convirtiendo en iconos, debido a los numerosos homenajes, análisis y parodias que se han realizado de estas.

Si hay una imagen en la historia del cinematógrafo que exprese la búsqueda a una respuesta sobre la existencia de Dios, es la del caballero Antonius Block (Max von Sydow) mirando fijamente a los ojos de la condenada por brujería (Maud Hansson), a punto de morir quemada en la hoguera. Ante la ausencia total de cualquier rastro del Dios por el que ha combatido durante diez años en Tierra Santa, el extenuado combatiente intenta hallar algún indicio del mismo a través de la figura del diablo (“Quiero verle y preguntarle por Dios. Él sabe más que nadie y me revelará”), pero su desesperado gesto es en vano: “Lo único que veo es el horror que paraliza tus pupilas. Nada más”, declara contrariado ante el rostro aterrorizado de la joven.

Basado en la Suecia medieval del sigo XIV, en tiempos de la Peste Negra, cuenta la historia de un caballero Block (Max von Sydow) atormentado por las dudas que vuelve a su castillo tras diez años de batalla inútil en las Cruzadas, donde la Muerte (Bengt Ekerot) aparece reclamándolo, para ganar tiempo le reta a una partida de ajedrez. 

Finalmente, la Muerte se lleva a Antonius y a todos sus seres queridos que había escondido en el castillo para protegerlos de la peste. 

El título hace referencia al pasaje del Apocalipsis que da comienzo a la película: “Y cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio en el cielo durante una media hora.”

FRESAS SALVAJES (1957)


Fresas salvajes gira en torno a una eminencia en el campo de la medicina, el profesor Isak Borg, interpretado por Victor Sjöström, al que le conceden el título de doctor honoris causa por su jubilación. En el camino hacia la conmemoración, los sueños, la metafísica y filosofía se irán entremezclando en la trama mientras diferentes encuentros con personas, tanto allegadas a él como no, irán dando significado a su existencia a través de bellas imágenes y sentimientos muy profundos.

Está considerada como una de las cintas más emocionales y optimistas del director sueco, que trata temas tan humanos como la soledad, la vida, la muerte, el sentido de la vida, las relaciones humanas, el amor o el perdón.


Destaca la interpretación del actor, guionista y también director sueco Victor Sjöström que de una manera tan delicada y profunda nos cuenta la historia de Isak. En palabras de Bergman: “Victor Sjöström me había arrebatado mi texto y lo había convertido en algo de su propiedad, había aportado sus experiencias: su propio sufrimiento, misantropía, marginación, brutalidad, tristeza, miedo, aspereza, aburrimiento. Había ocupado mi alma en forma de mi padre e hizo de todo mi propiedad.” Fresas salvajes fue la última película en la que participó Sjöström, quien murió tres años después, en 1960.

EL MANANTIAL DE LA DONCELLA (1960)


Justo la vi ayer, día 3 de abril de 2022. Los acontecimientos transcurren en una época medieval, basados en una leyenda sueca del siglo XIV, pero hoy en el s xxi la violencia contra la mujer, las violaciones en manada, al igual que le pasa a la protagonista principal, siguen siendo trágicas noticias en los medios de comunicación. Es evidente que en el filme, se contrapone la pureza y castidad cristiana de la joven de clase rica, la doncella, frente a la deshonra y el paganismo de la mujer que ha tenido un embarazo fuera del matrimonio (el personaje de la medio hermana de la joven violada, y que es una criada). El padre (papel de Max Von Sydow) de la doncella violada y asesinada, aunque es un fervoroso creyente, se vengará y matará de la misma forma que los violadores hacen con su hermosa hija, con saña, crueldad y sin miramientos. El manantial de la doncella fue ganadora del Oscar a mejor película de habla no inglesa.

GRITOS Y SUSURROS (1972)

“Todas mis películas se pueden pensar en blanco y negro, excepto Gritos y susurros. La primera imagen siempre volvía: la habitación roja y las mujeres vestidas de blanco. Cuatro mujeres vestidas de blanco en una habitación roja. Se movían y se hablaban al oído, y eran extremadamente misteriosas… El color rojo es el color del alma humana.” – Ingmar Bergman

Karin (Ingrid Thulin) y Maria (Liv Ullman) son dos hermanas que acuden a la mansión familiar para cuidar de su otra hermana, Agnes (Harriet Andersson), que se encuentra gravemente enferma a causa de un cáncer. Pero los respectivos problemas conyugales y egoístas comportamientos de las hermanas provocan que la única presencia reconfortante para la enferma sea la de la maternal y religiosa Anna (Kari Sylwan), sirvienta personal de Agnes, que ha sufrido la reciente pérdida de su pequeña hija.

Su estreno constituyó uno de sus mayores éxitos de crítica y público en nuestro país. Feroz diatriba sobre la muerte y la incomunicación, sobre el valor de la vida y las convenciones sociales siempre castradoras, es una de esas películas difíciles de olvidar.

SECRETOS DE UN MATRIMONIO (1973)

Está dividida en diversas fases a las que accedemos mediante carteles en las que se nos cuenta lo que va a pasar. Este tipo de narración es muy importante en el caso de esta película porque lo que pretende Bergman es ofrecernos la relación entre ambos en fases bien marcadas. Es decir, no quiere presentarnos una historia lineal en la que vamos viendo cómo se deteriora la relación poco a poco, sino que nos presenta los distintos estados de ánimo de una manera más brutal, de repente y sin darnos tiempo material de reaccionar, de esa manera consigue del espectador reacciones más fuertes.


La película comienza con una reunión de dos parejas. Por un lado Marianne (Liv Ullmann) y Johan (Erland Josephson) , y por el otro Katarina (Bibi Andersson) y Peter (Jan Malmsjö). Esta reunión nos muestra a las dos parejas en momentos bien diferentes. Por un lado la pareja protagonista que tras 10 años de matrimonio se encuentra muy unida, y por el otro una pareja ya de vuelta y en la que el dolor y el odio son sus principales características.

Ese inicio de la película es muy interesante porque es un camino a seguir en la relación de Marianne y Johan, es como si Bergman quisiera poner de manifiesto que la convivencia termina matándolo todo incluso el cariño, y por supuesto también el amor.

FANNY Y ALEXANDER (1982)


Fanny y Alexander es una historia de familia. Ambientada en la Suecia de 1907, la película nos hace testigos de los placeres y conflictos de los Ekdahl, una familia burguesa de principios de siglo, a través de los ojos de dos niños: Fanny y Alexander.

Ojos que son los del propio Bergman recuperando ese mundo perdido “de luces, de aromas, de sonidos” de su infancia. El director anunció que se retiraba del cine con esta película, que supone un memorable compendio de todos los temas e inquietudes que recorren su filmografía.


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