Una fue la "novia de América", otras se convirtieron en "reinas de la belleza". También había las "maduras" y en oposición, las "inocentes románticas"; vimos a verdaderas "damas" del teatro y nos deleitamos con las "Sex bomb" -que cantaba Tom Jones- (famosas de cuestionables dotes interpretativas); y no podemos olvidar a las "indies" o las "cómicas" más taquilleras.
En cada una de ellas se apreciaba algo que las hacía ser diferentes al resto, pero todas conforman el grupo de las actrices más ricas y famosas del cine de los años 90.
Son actrices que trabajaron en más de media docena de películas -casi una por año- entre 1990 y 1999, y en la mayoría de sus interpretaciones hicieron recaudaciones millonarias. Algunas de estas famosas artistas han obtenido grandes premios por su talento y su trayectoria profesional, e incluso aún siguen en activo. Otras fueron el descubrimiento de la década, dejaron su huella, y las recordaremos por su exclusividad, pero poco a poco fueron desapareciendo de la escena, hasta hacer mutis por el foro.
Un secreto: confieso que fui fan incondicional de alguna de estas estrellas de los 90, pero sin llegar a forrarme la carpeta ni colgar un póster con su foto detrás de la puerta.
1. JULIA ROBERTS: la novia de América
En total son doce los títulos que recuerdo haber visto en donde aparecía la "novia de América" de los 90, Julia Roberts (anteriormente, lo habían sido Grace Kelly, Jackie Kennedy, Marilyn, Farrah Fawcet o Madonna, entre otras).
Con el tiempo, Julia Roberts ha ido madurando y escogiendo mejores guiones, dejando atrás los primeros papeles de jovencita alta y desgarbada, y un tanto sobreactuada, para realizar papeles dramáticos y controvertidos.
En Magnolias de acero (1989), que dirige Herbert Ross, ya tuvo su primera gran oportunidad, con un papel secundario, pero no menos importante, pues pudo trabajar con grandes actrices como Sally Field y Shirley McLaine. Hacía un personaje dramático, representando a una joven mujer que quería tener hijos pero estaba gravemente enferma, y esto le acarreaba dolosas consecuencias. Ese año ganó el Globo de Oro a mejor actriz de reparto y fue nominada al óscar en la misma categoría.
En 1990 actuó en Línea mortal (dirige Joel Shumacher) junto al que era su novio (y marido por los pelos), Kiefer Sutherland, y otros actores conocidos como Kevin Bacon, William Baldwin y Oliver Platt. Era la chica de la película -el resto eran actores masculinos-, una estudiante de medicina que se junta con una pandilla de locos internos que quieren experimentar la muerte en el laboratorio, y se dedican a estar unos segundos clínicamente sin vida y volver a reanimarse entre ellos. Un thriller que se hunde cuando entra en juego el componente "ciencia ficción metafísica" mal desarrollado y embrollado.
Ese mismo año se convirtió en la novia de América definitivamente, llegando al primer puesto como actriz más taquillera y querida por el público, con su papel de prostituta, Vivian Ward, convertida en "escort" de un rico ejecutivo (Richard Gere) en la película Pretty Woman.
De pagar sus servicios sexuales, Edward Lewis (Gere) acaba transformándola, como en pigmalión, en una dama de compañía que bien podría pertenecer a la alta sociedad, si no fuera porque no puede evitar sus comportamientos bastos y desatinados de chavala callejera. La parte romántica es inevitable y el cliente adinerado se enamora de la prostituta. Después de unos cuantos líos y lágrimas, le pide la mano, mientras suena la canción de Roy Orbison, hit de donde se sacó el título del filme.
Mientras Julia Roberts ganaba su segundo Globo de Oro, la cinta recaudó en todo el mundo más de 460 millones de dólares.
Durmiendo con su enemigo (1991) fue otro éxito para nuestra "novia" y para la producción, con más de 170 millones de recaudación global, aunque no obtuvo buenas críticas.
Es un thriller que al principio promete, pero hacia el final, cuando aparece el marido maltratador que ha descubierto que su esposa (Roberts) está viva (disimuló su muerte para huir de él), y quiere acabar con ella, la película se convierte en una sucesión de sustos y escenas innecesarias.
El papel del infame marido le tocó interpretarlo a Patrick Bergin, un secundario que ese año había hecho de Robin Hood, pero que trabajaba más en series de TV y coproducciones, y no está a la altura de las grandes interpretaciones.
De la mano de Spielberg, Julia Roberts interpretó el papel de Campanilla en una secuela del niño que no quería crecer, Peter Pan (Robin Williams hizo un Peter que ya es padre de dos hijos). La película se tituló Hook, que es el nombre del malvado capitán del cuento (Dustin Hoffman), y que en esta versión secuestra a los hijos de Peter, y vuelve a enfrentarse a él en el país de Nunca Jamás.
Según dicen, Walt Disney quiso hacer la Campanilla del cuento del escritor Barrie con las curvas de Marilyn Monroe. Nunca dejaré de asombrarme.
Otro thriller siguió al filme infantil, El informe pelícano, basado en una novela del escritor John Grisham. En 1993 el director Alan J. Pakula dirige a Julia Roberts y Denzel Washington en una película sobre conspiraciones, asesinos y abogados (el tema central de las noveles de Grisham). La actriz volvió a superarse y tuvo un fantástico compañero a su lado, Denzel Washington que es uno de mis actores favoritos, por su talento, credibilidad y por su cuerpo serrano. La recaudación subió hasta los 200 millones de dólares.
En 1995 vi dos películas de géneros totalmente dispares de la misma actriz. Algo de que hablar era un melodrama, de Lasse Hallström, en el que la protagonista, Grace (Julia Roberts) se rebela contra el mundo aburguesado impuesto por su padres y coge las riendas de su vida, como consecuencia de las infidelidades de su marido (Dennis Quaid).
Es una comedia romántica que llega a ser reiterativa y banal, a pesar de tener un buen elenco, conformado por Robert Duvall, Gena Rowlands y los ya citados anteriormente.
El otro film era Mary Reilly, que pretende ser una adaptación de la novela del mismo título, sobre la historia de terror del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. La película, lejos de producir cualquier tipo de horror o conmoción, -a pesar de los esfuerzos de John Malkovich, en su papel de doctor con doble personalidad asesina-, es patética. Y el papel de Mary, que interpreta Julia Roberts es hierático, frío, feo, y uno de los peores de su carrera artística. De hecho, fue nominada a los premios Razzies, que como sabéis son unos galardones que se dan a las peores películas e interpretaciones en contraposición a los Oscars.
Después de una mala racha, en 1997 el director P. J. Hogan le ofreció el papel de Julianne Potter, la protagonista de La boda de mi mejor amigo. Julianne (Julia Roberts) es una solterona que tiene que asistir al casamiento de un amigo de la infancia, Michael (Dermot Mulroney), del cual está enamorada, pero ve que no puede competir con la dulzura y belleza de su novia Kimberly (Cameron Díaz). A partir de ahí, hará lo imposible con la ayuda de otro amigo (Rupert Everett) para conseguir atrapar a Michael, y así impedir la boda.
Este papel la volvió a encumbrar, la crítica la volvió a adorar y la taquilla ascendió hasta llegar a los 300 millones de dólares a nivel mundial.
Trabajó con Mel Gibson en Conspiración (1997), bajo la batuta de Richard Donner. Es un papel secundario, ya que el protagonista real es Gibson, pero su presencia da un toque racional y lúcido a las paranoias del personaje central.
Quédate a mi lado (1998) fue una película que le dio la posibilidad no sólo de demostrar sus dotes dramáticas, sino también de participar como productora ejecutiva. Compartió protagonismo con otra de las famosas actrices de los 90, Susan Sarandon, y con Ed Harris, un buen actor, varias veces nominado a los premios de Hollywood, pero que no ha obtenido el reconocimiento que se merecería. ¿Será que no es rentable?
Y para acabar la década, Julia Roberts interpretó dos comedias románticas: Notting Hill y Novia a la fuga en 1999.
Notting Hill (de Roger Michell) sumó el caché de la actriz con el talento humorístico del famoso actor inglés Hugh Grant (recientemente ha hecho un papel secundario en el remake Operación U.N.C.L.E. junto a Henry Cavill y Alicia Vikander).
Es la historia de una conocida actriz Anna Scott (Julia Roberts) y el dueño de una librería del barrio londinense de Notting Hill, William Thacker (Hugh Grant). Ella se esconde en la librería, él se enamora. Ella desconoce su enamoramiento, él hará todo lo posible para conquistarla, evitando paparazzis y todo el mundo sofisticado que la rodea. Aunque será una contienda surrealista.
Es una comedia que nos hará pasar un rato entretenido, amenizada con algún que otro personaje freaky (por ejemplo, el amigo del librero, Spike (Rhys Ifans) con sus gafas de buzo y su traje de neopreno de estar por casa). Esta cinta romántica arrasó en la primera semana de su estreno en España, con una taquilla de más de 400.000 personas.
2. MEG RYAN: preciosa y sensible "comedianta"
Sí, es ella, mi preferida. Soy fan de Meg Ryan desde aquel Chip prodigioso de 1987, película que protagonizó con el que sería su marido hasta 1997, Dennis Quaid, y con el desenfrenado cómico, Martin Short.
La guapa y divertida actriz resultaba ser también en el filme la novia del protagonista, un atrevido piloto, Tuck Pendelton (Dennis Quaid) que entra en un proyecto de miniaturización, y se presta voluntario para ser introducido en una pequeña cápsula, que a su vez irá insertada en un conejo.
Todo se complica y a la misma vez se convierte en pura diversión, cuando por accidente la cápsula donde está Tuck va a parar dentro de un hombre super hipocondríaco, Jack Putter (Martin Short). A su vez, unos delincuentes quieren apoderarse de ese chip, sin saber que está en el cuerpo del neurótico Jack. La novia, Lydia Maxwell y Jack tienen que intentar sacar a Tuck sano y salvo al exterior antes de que se pase el efecto miniatura, mientras han de escapar de los mafiosos.
La película mezcla la comedia hilarante con la ciencia ficción, los efectos visuales (que ganaron el Oscar) y la aventura.
El papel de Meg Ryan era secundario, pero su naturalidad, frescura y vis cómica muy pronto empezarían a cotizar en bolsa. Otro filón de oro había nacido en el seno de Hollywood.
Dos años más tarde, Meg Ryan se convertiría en una de las 20 actrices mejor pagadas de los años 90, alcanzando el estrellato con la inolvidable comedia romántica, una de las más recordadas de la década, Cuando Harry encontró a Sally (1989) junto a Billy Cristal. Es un tópico, pero ¿quién no recuerda la escena en que Sally (Meg) interpreta el fingido orgasmo en medio de un restaurante repleto de gente? Su fama ya estaba consolidada. Me recuerda algunas obras de Woody Allen, pero añadiendo la belleza positiva de Meg Ryan y la complicidad entre los dos protagonistas.
De hecho, ni siquiera estudió arte dramático. Demi dejó la escuela a los 16 años, y se dedicó a hacer de modelo fotográfica, posando desnuda o realizando algunas contorsiones más bien pornográficas.
Por entonces, se la conocía con el seudónimo de Vivianne Pollentier, en los círculos Penthouse y Playboy, y otras publicaciones de alto contenido sexual.
Algunas malas lenguas dicen que entró en la industria del cine por la puerta de atrás, y no precisamente por méritos profesionales, sino por otro tipo de "dotes" de distinta índole.
Si esto es cierto o son chismorreos malintencionados, no podemos afirmarlo ni negarlo. Lo que sí es verdad es que Demi Moore es otra de las actrices mejor pagadas de los años 90 en Hollywood, siendo la primera que llegó a cobrar 10 millones de dólares por película. ¿Era por ser la señora de Bruce Willis o por no tener reparo en subirnos la líbido, mientras se iban añadiendo ceros en su talonario? Un poco de todo, como en botica.
De ser modelo porno, pasó a hacer papeles como actriz de reparto en series de televisión juveniles. Se hizo famosa actuando en la serie de la ABC Hospital General, desde 1982 hasta finales de 1983. Por entonces tenía 20 años. El director Joel Schumacher le dio un papel en St. Elmo´s (1985) y fue él mismo quien la echó del rodaje, pues llegaba completamente drogada por su adicción a la cocaína.
Demi decidió desintoxicarse e ingresó en un centro de rehabilitación. Estuvo una semana, y al salir se volvió a incorporar al trabajo, firmando un contrato en el que se comprometía a no drogarse ni beber alcohol y así lo hizo, y pudo mantener su promesa. Fue un gran paso, que le dio otra oportunidad de cambiar su rumbo hacia un futuro próspero.
Durante un tiempo, estuvo tonteando con su compañero de reparto, Emilio Estévez, y en 1987 se casó con uno de los actores más relevantes y destacados del cine de los años 90, Bruce Willis.
En 1990 llegó el gran éxito con su papel de afligida novia, que consigue a través de una médium alocada (Whoopy Goldberg) poder sentir la presencia de su novio, asesinado en un atraco callejero. Ghost es una comedia romántica, pero con una gran fuerza pasional, ya que el espectro del novio (el malogrado Patrick Swayze) puede hacerle sentir el plácer como si estuviese vivo. Los espíritus son así, muy traviesos.
Whoopy Goldberg recibió un Óscar por su actuación como actriz secundaria, y el guión original mereció una estatuilla asimismo. Esta historia de amor desde el más allá arrasó en taquilla y sobrepasó a Pretty Woman. Demi Moore ya se había convertido, como Julia Roberts y Meg Ryan, en una de las actrices con mayor caché, y más relevancia de la década de los 90.
Pensamientos mortales (1991). Si queréis leer la reseña de esta película, la encontraréis en la entrada donde expuse la trayectoria como actor relevante de los 90 de Bruce Willis. En este thriller coincidieron el matrimonio formado por Demi Moore y Bruce Willis, y fue la única vez que trabajaron juntos en una película.
En 1992, Demi Moore alcanzó la gloria al poder interpretar un papel en la película de Rob Reiner, Algunos hombres buenos. Su intervención estaba solapada por el gran Jack Nicholson, e incluso por Tom Cruise, siendo una presencia femenina que parecía salvaguardar el tanto por ciento mínimo de mujeres que forman parte del ejército de los EUA. Es un buen thriller judicial que transcurre dentro de la unidad de marines, como consecuencia del asesinato de un miembro de las fuerzas navales. Cuanto más avanza la películas los abogados militares (Tom Cruise y Demi Moore) se van encontrando obstáculos, principalmente por parte del Coronel Nathan Jessup, un hombre sin escrúpulos, violento, intolerante y xenófobo. Cabe destacar las interpretaciones de Kevin Bacon y Kiefer Sutherland. Vale la pena ver este thriller judicial y analizar lo que aún pasa hoy en día en el seno de los ejércitos.
La buena racha de la actriz millonaria continuaba y lo hacía actuando con Robert Redford y Woody Harrelson, con un papel que le iba como anillo al dedo. Estamos hablando de Una preposición indecente (1993). Se trata de un drama de carácter sexual, ya que un matrimonio muy enamorado, y con una vida íntima muy activa (un detalle de ello son las constantes escenas de cama entre Harrelson y Moore, que le valió a Demi el "premio al mejor beso" que otorga la MTV y la nominación a "la mujer más deseable") reciben una proposición de un desconocido hombre maduro cargado de billetes (Robert Redford): que les pagará un millón de dólares a cambio de acostarse con la esposa (Demi Moore), pero sin implicaciones más allá de las estrictamente sexuales.
Esto crea un conflicto en la pareja, ya que ella se siente un objeto, y no comprende como su querido marido ha consentido que ella tenga sexo con un desconocido. Pierden la confianza el uno con el otro, y se cuestionan la ruptura matrimonial.
La pelìcula ganó tres Razzies por las deficiencias de guión, el tipo de película o las penosas actuaciones. Pero a los morbosos no les importaron las malas notas. Por ver a Demi Moore liada con dos hombres, ya tuvieron suficiente.
Dicen que no hay que mezclar el plácer con los negocios, pero cuando se trata de un medio para conseguir un objetivo, en las empresas se vale todo. Este es el tema de una película de 1994, Acoso, en la que Tom Sanders (Michael Douglas), un ejecutivo que está nervioso esperando su inminente ascenso, cae en una trampa y es acusado de intentar violar a su antigua novia Meredith Jonson (Moore), que es la que finalmente ocupará el alto cargo en la empresa. Tom Sanders tendrá que buscar todas las pruebas y todo lo que encuentre viable para poder resarcirse de la acusación, y que la culpa caiga sobre la arpía Meredith y todas aquellas personas implicadas en la falsa manipulación de los hechos.
La película obtuvo pésimas críticas, pero la escena subida de tono, en la que la actriz se planta encima de un Michael Douglas, cual caballo de la pradera, y simula un acto sexual no consentido, es memorable. La máquina de hacer dólares seguía funcionando.
A partir de 1995, Demi Moore va fracasando proyecto tras proyecto, desde la película-remake La letra escarlata, protagonizada conjuntamente con Gary Oldman y Robert Duvall, que fue tachado como el peor remake de la historia cinematográfica moderna, o la no menos aburrida Coacción al jurado (1996); o su papel de teniente O´Neill en el film basado en un libro de Danielle Alexandra, G.I. Jane (1997), en la que la actriz se rapa al cero, y tiene que llegar al nivel de sus compañeros Marines de una División especial, en fuerza y en aguante físico y psíquico.
Fue abucheada por su mala interpretación, y no la salvó ni el propio director, Ridley Scott.
Un fiasco que hizo que la actriz se retirase de las pantallas una temporada -aunque no de las revistas del corazón-, y no volvió a actuar hasta el año 2003, convertida en una de las nuevas Ángeles de Charlie (2003).
4. MICHELLE PFEIFFER: "Lo que la belleza esconde"
Es innegable que Michelle Pfeiffer es una de las actrices más bellas del cine de Hollywood de los años 80 y 90 (y aún lo es en su madurez). Para mí es como una muñeca de porcelana, con esa mirada de un azul profundo, sonrisa tímida, dorado cabello, y un rostro científicamente perfecto.
En palabras del director Jonathan Demne, quien la recomendó a Stephen Frears para la película Las amistades peligrosas (1988):
Subscribo las palabras de Demne, pues detrás de esa máscara de beldad, hay una gran personalidad, una fortaleza y una sensualidad, que no vemos, pero que forma parte del carácter de la actriz. Por ello, a finales de los 80 y en toda la década de los 90, Michelle Pfeiffer fue escalando y se convirtió en musa de belleza, pero también en otra de las actrices mejor pagadas y más famosas de Hollywood.
A partir de 1987, Pfeiffer logra subir peldaños en la escalera de la fama con tres películas que he visto, una de las cuales la propia actriz prefiere olvidar, por el mal trato que recibió de los productores, y que acabó siendo una pesadilla tanto para ella como para sus compañeros de rodaje, un elenco nada despreciable: Jack Nicholson, Susan Sarandon y Cher. La cinta acabó siendo un tanto exagerada en efectos visuales y grotesca en su desarrollo, prescindiendo de la parte psicológica del guión original (las tres mujeres, sus carencias, sus neurosis,etc. y el machista seductor que acaba siendo dominado por "las tres brujas").
Me estoy refiriendo a Las brujas de Eastwick.
A continuación, interpretaría a Madame de Tourvel, junto al perverso y libertino John Malkovich y la pérfida y vengativa Glenn Close (evidentemente, calificativos de sus personajes), en Las amistades peligrosas (1988), que le valió su primera nominación al óscar como actriz de reparto.
El tándem Malkovich-Pfeiffer estaba cargado de una fuerza sexual y arrebatadora que traspasaba la pantalla, tanto es así, que los dos susodichos tuvieron un romance tórrido a escondidas, aunque John Malkovich se cargó su matrimonio y acabo divorciándose de su esposa, la actriz Glenne Headly. También aparece Uma Thurman como dama virginal y Keanu Reeves como profesor de arpa, y caballero de honor. El Oscar se lo ganó el guión adaptado, y también el vestuario y el mejor diseño de producción.
Moraleja: los juegos de la venganza se os pueden girar en contra.
Los fabulosos Baker Boys (1989), dirigida por un novel Steve Kloves, fue su consagración como actriz total, ganando todos los premios más importantes de ese año, y nominada al Oscar por su papel de Susie, una ex escort y cantante de jazz.
Michelle es sensual, bella, romántica, intensa, y dramática, todos los registros en un único personaje, en esta película que volvió locos y creó confrontación entre los hermanos Baker (que protagonizaron dos hermanos en la vida real, Beau y Jeff Bridges).
Esta extraordinaria preciosidad fue capaz de aprender, con clases de dicción, un perfecto acento ruso para interpretar junto a Sean Connery, La casa rusia (1990) de Fred Schepisi. Su grado de perfeccionismo y de talento se demuestra de una forma creíble en el personaje de Katya, una espía rusa que tiene unos documentos de un disidente soviético que pueden comprometer a la URSS, y que la CIA trata de conseguir usando como enlace a un escritor en horas bajas, interpretado por Sean Connery.
Con esta película, ya eran tres las nominaciones a los Globos de Oro, pero no fue premiada (ganó Kathy Bates por Misery).
Frankie y Johnny (1991) es la historia de dos seres, víctimas de los traumas vividos en el pasado. Frankie (Michelle Pfeiffer) es una camarera guapa que tiene miedo a tener una relación que vaya más allá de la amistad con los hombres; Johnny (Al Pacino) es un ex presidiario, encarcelado por falsificación contable, que busca empleo, y casualmente el dueño del restaurante donde trabaja Frankie le ofrece un trabajo de cocinero.
Johnny también tiene dificultades en expresar sus sentimientos más profundos.
Sinceramente, que Pfeiffer aparente ser una mujer poco atractiva y Al Pacino un hombre comprensivo, sencillo y seductor, que ha encontrado trabajo de inserción tan fácilmente, me parece surrealista, y bajo mi punto de vista, no eran los actores adecuados para este filme.
Como se trata de hablar de las películas que he visto, me salto algunos títulos importantes, protagonizados por Michelle Pfeiffer, pero de los que no puedo dar mi opinión.
Regreso al pasado, hasta 1995, para hablar del taquillazo que obtuvo la actriz con su interpretación de una "marine retirada" que va a dar clases de literatura a un instituto donde los alumnos son socialmente marginales, y los profesores unos pasotas que han tirado la toalla.
Mentes peligrosas, que dirige por John N. Smith, es:
Cada cual que opine lo que le parezca más adecuado.
Después de los cómics y los dramas, Michelle Pfeiffer hizo dos películas románticas, con dos actores de bandera. En Intimo y personal (1996), que dirige Jon Avnet, hizo el papel de una periodista que empieza con trabajos de poca monta, pero enseguida la cámara la ama, por su impactante belleza y personalidad. Con este talento y su afán de superación, llega a ser una importante presentadora en una gran cadena norteamericana.
Por su parte, Robert Redford es un famoso corresponsal que se enamora de ella, y la ayuda en su objetivo, pero a medida que el personaje de Michelle Pfeiffer va escalando puestos en el mundo periodístico, él se va quedando atrás, y esta diferenciación crea un conflicto en su relación sentimental.
Es una cinta romántica que no acaba de cuajar, quizás por la gran diferencia de edad entre los dos protagonistas, o porque la forma de actuar de Robert Redford no se aviene a la de Pfeiffer.
Un día inolvidable (1996), es una comedia romántica fácil de olvidar, protagonizada por dos guapos, Michelle Pfeiffer y George Clooney, representando a dos padres divorciados con sus respectivos hijos, que en un mismo día pasan de la guerra de sexos al "Todos dicen I love you". Aquí podéis leer la sinópsis.
Además de su trabajo de actriz, en 1997 empezó su trayectoria como productora en el filme Heredarás la tierra, cuya protagonista principal es Jessica Lange.
Michelle Pfeiffer tiene un papel secundario, con un importante registro dramático que le valió varios premios. Es una película con un trasfondo muy duro, pues trata el abuso a menores, entre otros temas, y creo que no se valoró con justicia.
En lo profundo del océano, volvemos a ver a la guapa actriz inmersa en un drama sobre el secuestro de un hijo.
La película dirigida por Ulu Grosbard, e interpretada por Michelle Pfeiffer, Treat Williams, Whoopy Goldberg y Jonathan Jackson, empieza en el momento en que el hijo pequeño del matrimonio Cappadora (Pfeiffer y Williams) desaparece en medio de una fiesta. La policía lo busca pero, igual que en otros casos sucedidos recientemente, el pequeño Ben no aparece. El argumento hace un salto y nueve años después de la desaparición, un buen día Beth Cappadora le parece ver a un chico del barrio que guarda un gran parecido con el hijo desaparecido. Su nombre es Sam Karras (Jonathan Jackson) y tiene la edad que ahora tendría el pequeño Ben. Es una buena interpretación de la actriz, pero el guión es demasiado irreal y tedioso.
5. SANDRA BULLOCK: la fama va sobre ruedas
La primera vez que vi a Sandra Bullock fue en la película Speed (1994), dirigida por Jan de Bont, y resultó ser su catapulta hacia la fama, recaudando 350 millones de dólares a nivel de taquilla mundial, y siendo número 1 en el ránking norteamericano.
Sandra Bullock, una actriz desconocida, pero que enseguida se ganaba las simpatías del espectador. Una sonrisa sincera, empática y parlanchina. Así es la protagonista de Speed, una Sandra Bullock que tiene que conducir un autobús, controlando la velocidad, ya que un terrorista (Dennis Hopper) ha colocado una bomba que puede explotar si no se mantiene en una constante de 80 kilómetros por hora.
El policía encargado de atrapar al terrorista es Keanu Reeves, el cual trabajaría más adelante en otros filmes con la actriz.
Es un thriller de acción que mantiene el interés hasta el final, con la tensión que provoca en los momentos en que crees que la conductora va a tener que disminuir la marcha para evitar un accidente de tránsito, pero con ello, podría estallar la bomba, y matar a todos los pasajeros y otros viajeros de la carretera.
El éxito de Sandra Bullock empezó a ir sobre ruedas (y nunca mejor dicho) y ganó el premio Saturn a mejor actriz. A todo ello, sumamos los dos óscar que concedió la Academia de Hollywood en las categorías de mejor sonido y edición de sonido al filme.
A esta le siguió un thriller sobre espionaje cibernético, La Red (1995) donde volvía a demostrar sus dotes para las películas de acción.
Angela Bennett (Sandra Bullock) es una analista informática especializada en detectar virus informáticos. Un día descubre un programa en Internet con el que cualquier usuario puede acceder a datos secretos. Este descubrimiento, lejos de una recompensa, será un problema grave para la protagonista, ya que será perseguida a muerte por Jack Devlin (Jeremy Northam, en su debut), un asesino a sueldo encargado por las altas esferas corruptas para acabar con la vida de Angela Bennett, antes de que pueda desvelar la trama de corrupción que lleva consigo el descubrimiento cibernético.
La cinta consiguió una alta recaudación y a posteriori se realizó una serie adaptada para la TV, bajo el mismo título en 1998.
Mientras dormías (1995) es una comedia romántica empalagosa, de aquellas que no suelo ver muy a menudo. Lo más seguro es que la dieran en algún canal de televisión en la hora de la sobremesa, y no tuviese nada más interesante que hacer. Es difícil entender el porque Sandra Bullock estuvo nominada al Globo de Oro como mejor actriz, pues es una película que está lejos de merecer premios. Yo le hubiese otorgado el de Miss Simpatía.
Los $182 millones de recaudación bien valían para que le diesen a Bullock su compensación.
La película iba avanzando mientras dormías la siesta. La sinópsis y la ficha técnica la podéis leer aquí.
Julia Roberts ya había protagonizado una adaptación de una novela del escritor de thrillers judiciales, John Grisham en El informe pelícano. Ahora le tocaba a Sandra Bullock.
Tiempo de matar (1996), está dirigida por Joel Schumacher e interpretada por Matthew McConaughey, Samuel L. Jackson, Kevin Spacey y Kiefer Sutherland. El tema central gira entorno a la brutal violación de una niña afroamericana de diez años por parte de dos racistas ignorantes y borrachos del KKK en Mississipi.
Los dos xenófobos son acusados, pero el padre de la víctima (papel que interpreta Samuel L. Jackson) no confía en el juez y se toma la justicia por su mano, y antes de que entren en la corte, les dispara mortalmente. Un joven abogado (Matthew McConaughey) y sus colegas (Sandra Bullock y Oliver Platt) se encargarán de la defensa de Hailey (Samuel L. Jackson), pero los habitantes van mostrando su reticencia a perdonar a un hombre negro, y empiezan las represalias contra el grupo de abogados.
El Ku Klux Klan, representado por los ultraconservadores (entre ellos, el actor Kiefer Sutherland) intenta sabotear el juicio y matar a Hailey y a su abogado. Kevin Spacey hace de juez corrupto y racista, enfrentado al personaje del padre de la niña violada acusado de asesinato.
Es un film bien ambientado, y demuestra una vez más que aún existen las sectas racistas en el sur de América, y es bastante fiel a la novela de Grisham. Tiene un gran elenco y es un thriller judicial efectista. Sandra Bullock subió su caché hasta los 8 millones de dólares que cobró por esta película.
Segundas partes nunca fueron buenas, y Speed 2 (1997) no fue la excepción. Sandra Bullock volvía a ser Annie Porter, la aguerrida conductora del autobús mortal que la encumbró a la fama, pero a diferencia de la precuela, en Speed 2 el argumento es una exageración y los actores hacen pésimas actuaciones. Jason Patric es guapo pero soso. Willem Dafoe es un villano que da grima. Y a Sandra Bullock le viene grande el papel y el tándem con Patric no tiene nada de química. En resumen, todos fueron nominados a los Razzies.
La actriz diría en una entrevista realizada en el año 2000, que esta película era "el mayor pedazo de mierda jamás hecho".
En 1998 estrenó una película junto a Nicole Kidman, en la que interpretaban a dos hermanas brujas, por herencia genética, y tenían el objetivo de destruir la maldición que habían tenido siempre las mujeres de la familia con su mala relación con los hombres.
Una mezcla extraña, entre comedia romántica o film fantástico. No tengo un recuerdo muy nítido, ya que es una película que no tiene ninguna gracia especial. Se trata de Prácticamente brujas, dirigida por Griffin Dunne y basada en una novela de Alice Hoffman.
Diez años más tarde llegaría su tan esperado Oscar a mejor actriz en The Blind side. Ya tendremos ocasión de hablar de ello en posteriores entradas.
6. SHARON STONE: erotismo intelectual
Antes de mostrarnos sus instintos más básicos, Sharon Stone ya se había graduado en Arte en la universidad, había sido modelo de Ford, y había actuado bajo la batuta de Woody Allen en Remember (1980) y del recién fallecido Wes Craven en Bendición mortal (1981).
Con una sola escena en Desafío total (1990), película de ciencia ficción protagonizada por Arnold Schwarzenegger, en la que representaba la mujer virtual del protagonista, ya se lanzó a lo más alto del panorama cinematográfico de los 90, gracias a su inteligencia, su belleza, y lo más esencial: su poder de seducción y su erotismo a flor de piel. Aprovechando el tirón, se mostró totalmente desnuda en la revista Playboy ese mismo año, y no fue la última vez. Sharon Stone estaba cómoda viviendo sin tapujos.
En 1991 vi una película malísima en la que la actriz era atacada en un ascensor por una persona que no descubría su identidad, pero que sí que enseñaba su arma: unas tijeras grandes de costura. Ese hecho la dejaba traumatizada, con miedo a volver a encontrar al maníaco, y a relacionarse con los hombres. Con la ayuda de un vecino y de su psiquiatra conseguía superar los ataques de ansiedad, hasta que volvía a ser atacada por el mismo psicópata, pero esta vez a cara descubierta y con las tijeras bien afiladas. Es un thriller de baja calidad, actores pésimos, y final predecible. El título no podía ser otro que Scissors (tijeras en inglés).
Instinto básico (1992) fue la punta del iceberg de su trayectoria profesional. Su papel tenía una gran carga sexual, y Sharon Stone lo sabía manejar muy bien. Subió la temperatura ambiente tanto de sus compañeros, entre ellos Michael Douglas -tuvo que internarse para superar su adicción al sexo después de la excitación que llevaba con sus actuaciones en Atracción fatal, Acoso y en esta misma-, como de todos los espectadores de la época y de los de épocas venideras.
La película, dirigida por Paul Verhoeven, versa sobre una escritora de thrillers, Catherine Tremell acusada de haber asesinado brutalmente con un objeto punzante a su amante. El personaje que interpreta Sharon Stone es ambiguo, tanto sexualmente como emocionalmente. No sabes si está actuando y mintiendo, si es bisexual o hetero, si es una psicópata asesina o una inteligente mentirosa, si se ha enamorado de verdad del policía (Michael Douglas) o lo está utilizando para escribir otra novela de asesinatos.
Para mí, la mejor escena es la del pica hielos, un final que deja más incógnitas o te da la respuesta que querías. Es cuestión de instinto.
Como el éxito de Sharon Stone estaba en explotar su vertiente sexual, las siguientes propuestas de trabajo que le hicieron eran papeles donde la actriz se mostraba de esta guisa.
En Acosada (1993) se mezcla el voyeurismo con el sexo explícito entre Carly (Sharon Stone) y su vecino Zeke (William Baldwin) y unos asesinatos macabros que van sucediéndose en el edificio donde vive Carly. El asesino la espía a través de las cámaras de seguridad, mientras ella va haciendo de las suyas en los lugares más inhóspitos.
Cabe destacar los 7 Razzies que recibió Acosada, a peor película, dirección, actor, etc.
Otro fiasco de tono subido y que le valió el Razzie a peor actriz del año fue la película que co-protagonizó con Sylvester Stallone, El especialista (1994). Las escenas de sexo entre ambos crearon polémica entre el público americano más conservador, y el argumento de thriller quedó en segundo plano. Se especuló con una posible relación entre los dos actores, pero Sharon Stone lo negó categóricamente.
En cada una de ellas se apreciaba algo que las hacía ser diferentes al resto, pero todas conforman el grupo de las actrices más ricas y famosas del cine de los años 90.
Son actrices que trabajaron en más de media docena de películas -casi una por año- entre 1990 y 1999, y en la mayoría de sus interpretaciones hicieron recaudaciones millonarias. Algunas de estas famosas artistas han obtenido grandes premios por su talento y su trayectoria profesional, e incluso aún siguen en activo. Otras fueron el descubrimiento de la década, dejaron su huella, y las recordaremos por su exclusividad, pero poco a poco fueron desapareciendo de la escena, hasta hacer mutis por el foro.
Un secreto: confieso que fui fan incondicional de alguna de estas estrellas de los 90, pero sin llegar a forrarme la carpeta ni colgar un póster con su foto detrás de la puerta.
1. JULIA ROBERTS: la novia de América
En total son doce los títulos que recuerdo haber visto en donde aparecía la "novia de América" de los 90, Julia Roberts (anteriormente, lo habían sido Grace Kelly, Jackie Kennedy, Marilyn, Farrah Fawcet o Madonna, entre otras).
Con el tiempo, Julia Roberts ha ido madurando y escogiendo mejores guiones, dejando atrás los primeros papeles de jovencita alta y desgarbada, y un tanto sobreactuada, para realizar papeles dramáticos y controvertidos.
En Magnolias de acero (1989), que dirige Herbert Ross, ya tuvo su primera gran oportunidad, con un papel secundario, pero no menos importante, pues pudo trabajar con grandes actrices como Sally Field y Shirley McLaine. Hacía un personaje dramático, representando a una joven mujer que quería tener hijos pero estaba gravemente enferma, y esto le acarreaba dolosas consecuencias. Ese año ganó el Globo de Oro a mejor actriz de reparto y fue nominada al óscar en la misma categoría.
En 1990 actuó en Línea mortal (dirige Joel Shumacher) junto al que era su novio (y marido por los pelos), Kiefer Sutherland, y otros actores conocidos como Kevin Bacon, William Baldwin y Oliver Platt. Era la chica de la película -el resto eran actores masculinos-, una estudiante de medicina que se junta con una pandilla de locos internos que quieren experimentar la muerte en el laboratorio, y se dedican a estar unos segundos clínicamente sin vida y volver a reanimarse entre ellos. Un thriller que se hunde cuando entra en juego el componente "ciencia ficción metafísica" mal desarrollado y embrollado.
Ese mismo año se convirtió en la novia de América definitivamente, llegando al primer puesto como actriz más taquillera y querida por el público, con su papel de prostituta, Vivian Ward, convertida en "escort" de un rico ejecutivo (Richard Gere) en la película Pretty Woman.
De pagar sus servicios sexuales, Edward Lewis (Gere) acaba transformándola, como en pigmalión, en una dama de compañía que bien podría pertenecer a la alta sociedad, si no fuera porque no puede evitar sus comportamientos bastos y desatinados de chavala callejera. La parte romántica es inevitable y el cliente adinerado se enamora de la prostituta. Después de unos cuantos líos y lágrimas, le pide la mano, mientras suena la canción de Roy Orbison, hit de donde se sacó el título del filme.
Mientras Julia Roberts ganaba su segundo Globo de Oro, la cinta recaudó en todo el mundo más de 460 millones de dólares.
Durmiendo con su enemigo (1991) fue otro éxito para nuestra "novia" y para la producción, con más de 170 millones de recaudación global, aunque no obtuvo buenas críticas.
Es un thriller que al principio promete, pero hacia el final, cuando aparece el marido maltratador que ha descubierto que su esposa (Roberts) está viva (disimuló su muerte para huir de él), y quiere acabar con ella, la película se convierte en una sucesión de sustos y escenas innecesarias.
El papel del infame marido le tocó interpretarlo a Patrick Bergin, un secundario que ese año había hecho de Robin Hood, pero que trabajaba más en series de TV y coproducciones, y no está a la altura de las grandes interpretaciones.
De la mano de Spielberg, Julia Roberts interpretó el papel de Campanilla en una secuela del niño que no quería crecer, Peter Pan (Robin Williams hizo un Peter que ya es padre de dos hijos). La película se tituló Hook, que es el nombre del malvado capitán del cuento (Dustin Hoffman), y que en esta versión secuestra a los hijos de Peter, y vuelve a enfrentarse a él en el país de Nunca Jamás.
Según dicen, Walt Disney quiso hacer la Campanilla del cuento del escritor Barrie con las curvas de Marilyn Monroe. Nunca dejaré de asombrarme.
Otro thriller siguió al filme infantil, El informe pelícano, basado en una novela del escritor John Grisham. En 1993 el director Alan J. Pakula dirige a Julia Roberts y Denzel Washington en una película sobre conspiraciones, asesinos y abogados (el tema central de las noveles de Grisham). La actriz volvió a superarse y tuvo un fantástico compañero a su lado, Denzel Washington que es uno de mis actores favoritos, por su talento, credibilidad y por su cuerpo serrano. La recaudación subió hasta los 200 millones de dólares.
En 1995 vi dos películas de géneros totalmente dispares de la misma actriz. Algo de que hablar era un melodrama, de Lasse Hallström, en el que la protagonista, Grace (Julia Roberts) se rebela contra el mundo aburguesado impuesto por su padres y coge las riendas de su vida, como consecuencia de las infidelidades de su marido (Dennis Quaid).
Es una comedia romántica que llega a ser reiterativa y banal, a pesar de tener un buen elenco, conformado por Robert Duvall, Gena Rowlands y los ya citados anteriormente.
El otro film era Mary Reilly, que pretende ser una adaptación de la novela del mismo título, sobre la historia de terror del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. La película, lejos de producir cualquier tipo de horror o conmoción, -a pesar de los esfuerzos de John Malkovich, en su papel de doctor con doble personalidad asesina-, es patética. Y el papel de Mary, que interpreta Julia Roberts es hierático, frío, feo, y uno de los peores de su carrera artística. De hecho, fue nominada a los premios Razzies, que como sabéis son unos galardones que se dan a las peores películas e interpretaciones en contraposición a los Oscars.
Después de una mala racha, en 1997 el director P. J. Hogan le ofreció el papel de Julianne Potter, la protagonista de La boda de mi mejor amigo. Julianne (Julia Roberts) es una solterona que tiene que asistir al casamiento de un amigo de la infancia, Michael (Dermot Mulroney), del cual está enamorada, pero ve que no puede competir con la dulzura y belleza de su novia Kimberly (Cameron Díaz). A partir de ahí, hará lo imposible con la ayuda de otro amigo (Rupert Everett) para conseguir atrapar a Michael, y así impedir la boda.
Este papel la volvió a encumbrar, la crítica la volvió a adorar y la taquilla ascendió hasta llegar a los 300 millones de dólares a nivel mundial.
Trabajó con Mel Gibson en Conspiración (1997), bajo la batuta de Richard Donner. Es un papel secundario, ya que el protagonista real es Gibson, pero su presencia da un toque racional y lúcido a las paranoias del personaje central.
Quédate a mi lado (1998) fue una película que le dio la posibilidad no sólo de demostrar sus dotes dramáticas, sino también de participar como productora ejecutiva. Compartió protagonismo con otra de las famosas actrices de los 90, Susan Sarandon, y con Ed Harris, un buen actor, varias veces nominado a los premios de Hollywood, pero que no ha obtenido el reconocimiento que se merecería. ¿Será que no es rentable?
Y para acabar la década, Julia Roberts interpretó dos comedias románticas: Notting Hill y Novia a la fuga en 1999.
Notting Hill (de Roger Michell) sumó el caché de la actriz con el talento humorístico del famoso actor inglés Hugh Grant (recientemente ha hecho un papel secundario en el remake Operación U.N.C.L.E. junto a Henry Cavill y Alicia Vikander).
Es la historia de una conocida actriz Anna Scott (Julia Roberts) y el dueño de una librería del barrio londinense de Notting Hill, William Thacker (Hugh Grant). Ella se esconde en la librería, él se enamora. Ella desconoce su enamoramiento, él hará todo lo posible para conquistarla, evitando paparazzis y todo el mundo sofisticado que la rodea. Aunque será una contienda surrealista.
Es una comedia que nos hará pasar un rato entretenido, amenizada con algún que otro personaje freaky (por ejemplo, el amigo del librero, Spike (Rhys Ifans) con sus gafas de buzo y su traje de neopreno de estar por casa). Esta cinta romántica arrasó en la primera semana de su estreno en España, con una taquilla de más de 400.000 personas.
2. MEG RYAN: preciosa y sensible "comedianta"
Sí, es ella, mi preferida. Soy fan de Meg Ryan desde aquel Chip prodigioso de 1987, película que protagonizó con el que sería su marido hasta 1997, Dennis Quaid, y con el desenfrenado cómico, Martin Short.
La guapa y divertida actriz resultaba ser también en el filme la novia del protagonista, un atrevido piloto, Tuck Pendelton (Dennis Quaid) que entra en un proyecto de miniaturización, y se presta voluntario para ser introducido en una pequeña cápsula, que a su vez irá insertada en un conejo.
Todo se complica y a la misma vez se convierte en pura diversión, cuando por accidente la cápsula donde está Tuck va a parar dentro de un hombre super hipocondríaco, Jack Putter (Martin Short). A su vez, unos delincuentes quieren apoderarse de ese chip, sin saber que está en el cuerpo del neurótico Jack. La novia, Lydia Maxwell y Jack tienen que intentar sacar a Tuck sano y salvo al exterior antes de que se pase el efecto miniatura, mientras han de escapar de los mafiosos.
La película mezcla la comedia hilarante con la ciencia ficción, los efectos visuales (que ganaron el Oscar) y la aventura.
El papel de Meg Ryan era secundario, pero su naturalidad, frescura y vis cómica muy pronto empezarían a cotizar en bolsa. Otro filón de oro había nacido en el seno de Hollywood.
Dos años más tarde, Meg Ryan se convertiría en una de las 20 actrices mejor pagadas de los años 90, alcanzando el estrellato con la inolvidable comedia romántica, una de las más recordadas de la década, Cuando Harry encontró a Sally (1989) junto a Billy Cristal. Es un tópico, pero ¿quién no recuerda la escena en que Sally (Meg) interpreta el fingido orgasmo en medio de un restaurante repleto de gente? Su fama ya estaba consolidada. Me recuerda algunas obras de Woody Allen, pero añadiendo la belleza positiva de Meg Ryan y la complicidad entre los dos protagonistas.
Seguiría Joe contra el volcán (1990), la primera película que co-protagonizó con Tom Hanks, y que a pesar de ser una comedia surrealista, era una reflexión sobre la vida y la muerte, y la importancia de hacer lo que nos gusta antes de que sea demasiado tarde para arrepentirnos. Si queréis conocer más detalles, podéis encontrarla aquí.
En 1993 coincidió nuevamente con el gran actor, en el filme Algo para recordar, una película que dirige Nora Ephron, que tiene ciertas similitudes con la clásica An affaire to remember (1957) con Cary Grant y Deborah Kerr.
Tom Hanks es Sam, un viudo con un hijo pequeño y Meg Ryan es Annie, una locutora de radio. Un día recibe una llamada en la hora del consultorio sentimental radiofónico, y se queda fascinada por la historia de Sam que vive en Seattle. Decide saber quien es en persona, citándose en el Empire State con él y su hijo, igual que sucedía en la versión de 1957.
Meg Ryan fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz de comedia o musical, por ambas películas, pero no fue galardonada.
Cuando un hombre ama a una mujer (1994), de Mandoki.
Alice (Meg Ryan) y Michael Green (Andy García) son un matrimonio que aún se aman, y tienen dos hijas pequeñas, la mayor fruto de un anterior matrimonio de Alice. Michael es piloto y pasa mucho tiempo alejado de la realidad, que es muy diferente a lo que él cree.
Alice bebe grandes cantidades de alcohol, pues en el fondo se siente sola y frustrada, y lo peor es que sus hijas tienen que presenciar a una madre en un estado de alcoholemia que llega a ponerlas en situación de peligro. Michael se da cuenta de lo que está sucediendo, y para evitar males mayores, a pesar de su gran amor, le pide que ingrese en un centro de desintoxicación.
Meg Ryan demostró que también se le daba bien el registro dramático, sin caer en la exageración, y por ello estuvo nominada al premio del Sindicato de Actores a mejor actriz, nuevamente sin conseguirlo (fue para Susan Sarandon en su magistral actuación en Pena de muerte).
Meg Ryan demostró que también se le daba bien el registro dramático, sin caer en la exageración, y por ello estuvo nominada al premio del Sindicato de Actores a mejor actriz, nuevamente sin conseguirlo (fue para Susan Sarandon en su magistral actuación en Pena de muerte).
Del drama a la comedia romántica French Kiss, estrenada en 1995, y dirigida por Lawrence Kasdan. Es una cinta menor, aunque a mi me pareció divertida por todos los contratiempos que pasa la protagonista. Quizás lo peor de la película era mezclar dos personajes que no pegaban nada (Kevin Kline y Meg Ryan), y hacer que todo acabase como un cuento de hadas, cuando en realidad, el personaje de Kline tenía que haber terminado en prisión por ladrón de joyas.
Otro punto débil es que en esta cinta la actriz gesticula demasiado, llegando a parecer exagerada en sus reacciones.
En honor a la verdad (1996) es un drama sobre la guerra del golfo, que unía a dos estrellas de los 90: Meg Ryan y Denzel Washington. Era la primera película que trataba este conflicto bélico y significó para la actriz poder interpretar un papel completamente diferente a las comedias románticas que la habían encasillado. La crítica acogió con buenos ojos el personaje dramático de Meg Ryan en este film, y tuvo un gran éxito de taquilla.
No me detendré en dos títulos que pasaron sin pena ni gloria por la trayectoria artística de Meg Ryan, por sus absurdos argumentos (ángeles de la guarda que bajan a la tierra en City of angels (1997), con Nicolas Cage) y peores actuaciones, con parejas inverosímiles en Adictos al amor (1998), juntando a Tchéky Karyo con Meg Ryan y después con Kelly Preston, y a Matthew Broderick con Kelly Preston y con Meg Ryan al final. Líos, cuernos, y cambios de parejas con muy mala pata.
Me despido de Meg, mi gran estrella, con Tienes un e-mail (1998), comedia romántica dirigida por Nora Ephron, y que volvió a reunir a la pareja Ryan-Hanks. E! Online dijo "la química entre Hanks y Ryan es innegable", y es cierto, pues años atrás ya habían triunfado en Algo para recordar.
La entrañable historia, con aires de nostalgia mezclados con la frialdad de las nuevas formas de comercio macro económico, y la presencia de Internet para relacionarse con los demás, sin conocer a las personas cara a cara, tuvo un gran éxito, pues la audiencia se sentía muy identificada con los personajes representados por Meg Ryan y Tom Hanks.
3. DEMI MOORE: la modelo porno que se convirtió en Ángel
Demetria Gene Guynes, más conocida por Demi Moore, no es ninguna diva, ni tiene demasiado talento para interpretar diferentes géneros con la misma notoriedad, si la comparamos con otras estrellas del universo cinematográfico de la época.
De hecho, ni siquiera estudió arte dramático. Demi dejó la escuela a los 16 años, y se dedicó a hacer de modelo fotográfica, posando desnuda o realizando algunas contorsiones más bien pornográficas.
Por entonces, se la conocía con el seudónimo de Vivianne Pollentier, en los círculos Penthouse y Playboy, y otras publicaciones de alto contenido sexual.
Algunas malas lenguas dicen que entró en la industria del cine por la puerta de atrás, y no precisamente por méritos profesionales, sino por otro tipo de "dotes" de distinta índole.
Si esto es cierto o son chismorreos malintencionados, no podemos afirmarlo ni negarlo. Lo que sí es verdad es que Demi Moore es otra de las actrices mejor pagadas de los años 90 en Hollywood, siendo la primera que llegó a cobrar 10 millones de dólares por película. ¿Era por ser la señora de Bruce Willis o por no tener reparo en subirnos la líbido, mientras se iban añadiendo ceros en su talonario? Un poco de todo, como en botica.
De ser modelo porno, pasó a hacer papeles como actriz de reparto en series de televisión juveniles. Se hizo famosa actuando en la serie de la ABC Hospital General, desde 1982 hasta finales de 1983. Por entonces tenía 20 años. El director Joel Schumacher le dio un papel en St. Elmo´s (1985) y fue él mismo quien la echó del rodaje, pues llegaba completamente drogada por su adicción a la cocaína.
Demi decidió desintoxicarse e ingresó en un centro de rehabilitación. Estuvo una semana, y al salir se volvió a incorporar al trabajo, firmando un contrato en el que se comprometía a no drogarse ni beber alcohol y así lo hizo, y pudo mantener su promesa. Fue un gran paso, que le dio otra oportunidad de cambiar su rumbo hacia un futuro próspero.
Durante un tiempo, estuvo tonteando con su compañero de reparto, Emilio Estévez, y en 1987 se casó con uno de los actores más relevantes y destacados del cine de los años 90, Bruce Willis.
En 1990 llegó el gran éxito con su papel de afligida novia, que consigue a través de una médium alocada (Whoopy Goldberg) poder sentir la presencia de su novio, asesinado en un atraco callejero. Ghost es una comedia romántica, pero con una gran fuerza pasional, ya que el espectro del novio (el malogrado Patrick Swayze) puede hacerle sentir el plácer como si estuviese vivo. Los espíritus son así, muy traviesos.
Whoopy Goldberg recibió un Óscar por su actuación como actriz secundaria, y el guión original mereció una estatuilla asimismo. Esta historia de amor desde el más allá arrasó en taquilla y sobrepasó a Pretty Woman. Demi Moore ya se había convertido, como Julia Roberts y Meg Ryan, en una de las actrices con mayor caché, y más relevancia de la década de los 90.
Pensamientos mortales (1991). Si queréis leer la reseña de esta película, la encontraréis en la entrada donde expuse la trayectoria como actor relevante de los 90 de Bruce Willis. En este thriller coincidieron el matrimonio formado por Demi Moore y Bruce Willis, y fue la única vez que trabajaron juntos en una película.
En 1992, Demi Moore alcanzó la gloria al poder interpretar un papel en la película de Rob Reiner, Algunos hombres buenos. Su intervención estaba solapada por el gran Jack Nicholson, e incluso por Tom Cruise, siendo una presencia femenina que parecía salvaguardar el tanto por ciento mínimo de mujeres que forman parte del ejército de los EUA. Es un buen thriller judicial que transcurre dentro de la unidad de marines, como consecuencia del asesinato de un miembro de las fuerzas navales. Cuanto más avanza la películas los abogados militares (Tom Cruise y Demi Moore) se van encontrando obstáculos, principalmente por parte del Coronel Nathan Jessup, un hombre sin escrúpulos, violento, intolerante y xenófobo. Cabe destacar las interpretaciones de Kevin Bacon y Kiefer Sutherland. Vale la pena ver este thriller judicial y analizar lo que aún pasa hoy en día en el seno de los ejércitos.
La buena racha de la actriz millonaria continuaba y lo hacía actuando con Robert Redford y Woody Harrelson, con un papel que le iba como anillo al dedo. Estamos hablando de Una preposición indecente (1993). Se trata de un drama de carácter sexual, ya que un matrimonio muy enamorado, y con una vida íntima muy activa (un detalle de ello son las constantes escenas de cama entre Harrelson y Moore, que le valió a Demi el "premio al mejor beso" que otorga la MTV y la nominación a "la mujer más deseable") reciben una proposición de un desconocido hombre maduro cargado de billetes (Robert Redford): que les pagará un millón de dólares a cambio de acostarse con la esposa (Demi Moore), pero sin implicaciones más allá de las estrictamente sexuales.
Esto crea un conflicto en la pareja, ya que ella se siente un objeto, y no comprende como su querido marido ha consentido que ella tenga sexo con un desconocido. Pierden la confianza el uno con el otro, y se cuestionan la ruptura matrimonial.
La pelìcula ganó tres Razzies por las deficiencias de guión, el tipo de película o las penosas actuaciones. Pero a los morbosos no les importaron las malas notas. Por ver a Demi Moore liada con dos hombres, ya tuvieron suficiente.
Dicen que no hay que mezclar el plácer con los negocios, pero cuando se trata de un medio para conseguir un objetivo, en las empresas se vale todo. Este es el tema de una película de 1994, Acoso, en la que Tom Sanders (Michael Douglas), un ejecutivo que está nervioso esperando su inminente ascenso, cae en una trampa y es acusado de intentar violar a su antigua novia Meredith Jonson (Moore), que es la que finalmente ocupará el alto cargo en la empresa. Tom Sanders tendrá que buscar todas las pruebas y todo lo que encuentre viable para poder resarcirse de la acusación, y que la culpa caiga sobre la arpía Meredith y todas aquellas personas implicadas en la falsa manipulación de los hechos.
La película obtuvo pésimas críticas, pero la escena subida de tono, en la que la actriz se planta encima de un Michael Douglas, cual caballo de la pradera, y simula un acto sexual no consentido, es memorable. La máquina de hacer dólares seguía funcionando.
A partir de 1995, Demi Moore va fracasando proyecto tras proyecto, desde la película-remake La letra escarlata, protagonizada conjuntamente con Gary Oldman y Robert Duvall, que fue tachado como el peor remake de la historia cinematográfica moderna, o la no menos aburrida Coacción al jurado (1996); o su papel de teniente O´Neill en el film basado en un libro de Danielle Alexandra, G.I. Jane (1997), en la que la actriz se rapa al cero, y tiene que llegar al nivel de sus compañeros Marines de una División especial, en fuerza y en aguante físico y psíquico.
Fue abucheada por su mala interpretación, y no la salvó ni el propio director, Ridley Scott.
Un fiasco que hizo que la actriz se retirase de las pantallas una temporada -aunque no de las revistas del corazón-, y no volvió a actuar hasta el año 2003, convertida en una de las nuevas Ángeles de Charlie (2003).
4. MICHELLE PFEIFFER: "Lo que la belleza esconde"
Es innegable que Michelle Pfeiffer es una de las actrices más bellas del cine de Hollywood de los años 80 y 90 (y aún lo es en su madurez). Para mí es como una muñeca de porcelana, con esa mirada de un azul profundo, sonrisa tímida, dorado cabello, y un rostro científicamente perfecto.
En palabras del director Jonathan Demne, quien la recomendó a Stephen Frears para la película Las amistades peligrosas (1988):
"su rostro es tan hermoso que los directores suelen elegirla por su belleza, olvidándose de la actriz que lleva dentro. La misma Michelle, que obviamente, y pese a ciertos complejos, sabe que es una chica preciosa, no es consciente de lo buena que es, de la inteligencia que esconde cada una de sus interpretaciones, hasta ahora poco valoradas".
Subscribo las palabras de Demne, pues detrás de esa máscara de beldad, hay una gran personalidad, una fortaleza y una sensualidad, que no vemos, pero que forma parte del carácter de la actriz. Por ello, a finales de los 80 y en toda la década de los 90, Michelle Pfeiffer fue escalando y se convirtió en musa de belleza, pero también en otra de las actrices mejor pagadas y más famosas de Hollywood.
A partir de 1987, Pfeiffer logra subir peldaños en la escalera de la fama con tres películas que he visto, una de las cuales la propia actriz prefiere olvidar, por el mal trato que recibió de los productores, y que acabó siendo una pesadilla tanto para ella como para sus compañeros de rodaje, un elenco nada despreciable: Jack Nicholson, Susan Sarandon y Cher. La cinta acabó siendo un tanto exagerada en efectos visuales y grotesca en su desarrollo, prescindiendo de la parte psicológica del guión original (las tres mujeres, sus carencias, sus neurosis,etc. y el machista seductor que acaba siendo dominado por "las tres brujas").
Me estoy refiriendo a Las brujas de Eastwick.
A continuación, interpretaría a Madame de Tourvel, junto al perverso y libertino John Malkovich y la pérfida y vengativa Glenn Close (evidentemente, calificativos de sus personajes), en Las amistades peligrosas (1988), que le valió su primera nominación al óscar como actriz de reparto.
El tándem Malkovich-Pfeiffer estaba cargado de una fuerza sexual y arrebatadora que traspasaba la pantalla, tanto es así, que los dos susodichos tuvieron un romance tórrido a escondidas, aunque John Malkovich se cargó su matrimonio y acabo divorciándose de su esposa, la actriz Glenne Headly. También aparece Uma Thurman como dama virginal y Keanu Reeves como profesor de arpa, y caballero de honor. El Oscar se lo ganó el guión adaptado, y también el vestuario y el mejor diseño de producción.
Moraleja: los juegos de la venganza se os pueden girar en contra.
Los fabulosos Baker Boys (1989), dirigida por un novel Steve Kloves, fue su consagración como actriz total, ganando todos los premios más importantes de ese año, y nominada al Oscar por su papel de Susie, una ex escort y cantante de jazz.
Michelle es sensual, bella, romántica, intensa, y dramática, todos los registros en un único personaje, en esta película que volvió locos y creó confrontación entre los hermanos Baker (que protagonizaron dos hermanos en la vida real, Beau y Jeff Bridges).
Esta extraordinaria preciosidad fue capaz de aprender, con clases de dicción, un perfecto acento ruso para interpretar junto a Sean Connery, La casa rusia (1990) de Fred Schepisi. Su grado de perfeccionismo y de talento se demuestra de una forma creíble en el personaje de Katya, una espía rusa que tiene unos documentos de un disidente soviético que pueden comprometer a la URSS, y que la CIA trata de conseguir usando como enlace a un escritor en horas bajas, interpretado por Sean Connery.
Con esta película, ya eran tres las nominaciones a los Globos de Oro, pero no fue premiada (ganó Kathy Bates por Misery).
Frankie y Johnny (1991) es la historia de dos seres, víctimas de los traumas vividos en el pasado. Frankie (Michelle Pfeiffer) es una camarera guapa que tiene miedo a tener una relación que vaya más allá de la amistad con los hombres; Johnny (Al Pacino) es un ex presidiario, encarcelado por falsificación contable, que busca empleo, y casualmente el dueño del restaurante donde trabaja Frankie le ofrece un trabajo de cocinero.
Johnny también tiene dificultades en expresar sus sentimientos más profundos.
Sinceramente, que Pfeiffer aparente ser una mujer poco atractiva y Al Pacino un hombre comprensivo, sencillo y seductor, que ha encontrado trabajo de inserción tan fácilmente, me parece surrealista, y bajo mi punto de vista, no eran los actores adecuados para este filme.
Aunque Batman de 1989 es mi preferida, considero que en Batman vuelve (1992), dirigida por Tim Burton, se lleva el mérito por la gran actuación de Michelle Pfeiffer, en su personaje de Selina, la Catwoman más sexy de todas las que se hayan interpretado hasta el momento.
Con un traje de cuero bien enfundado, esos ojos azules tras la máscara felina, y su libidinosa caracterización de gata loca, provocativa y dominadora, la actriz se convirtió en el mito erótico preferido de muchos aficionados (y no aficionados) al cómic. Fue tan convincente en su papel de la Catwoman que hasta arrinconó a Batman, interpretado por Michael Keaton por segunda vez.
Años después declaró que había sido su mejor actuación y el papel que más le había gustado realizar. Con esta película, entraba a formar parte de las actrices mejor pagadas de la década de los 90.
Con un traje de cuero bien enfundado, esos ojos azules tras la máscara felina, y su libidinosa caracterización de gata loca, provocativa y dominadora, la actriz se convirtió en el mito erótico preferido de muchos aficionados (y no aficionados) al cómic. Fue tan convincente en su papel de la Catwoman que hasta arrinconó a Batman, interpretado por Michael Keaton por segunda vez.
Años después declaró que había sido su mejor actuación y el papel que más le había gustado realizar. Con esta película, entraba a formar parte de las actrices mejor pagadas de la década de los 90.
Como se trata de hablar de las películas que he visto, me salto algunos títulos importantes, protagonizados por Michelle Pfeiffer, pero de los que no puedo dar mi opinión.
Regreso al pasado, hasta 1995, para hablar del taquillazo que obtuvo la actriz con su interpretación de una "marine retirada" que va a dar clases de literatura a un instituto donde los alumnos son socialmente marginales, y los profesores unos pasotas que han tirado la toalla.
Mentes peligrosas, que dirige por John N. Smith, es:
- ¿Guión irreal para dar más relevancia a la Pfeiffer?
- ¿Especie de versión femenina con canción pegadiza como en Rebelión en las aulas sin Sidney Poitier y en los años 90?
- ¿Historia falsa y poco talento? ó
- ¿Actuación convincente en un drama creíble?.
Cada cual que opine lo que le parezca más adecuado.
Después de los cómics y los dramas, Michelle Pfeiffer hizo dos películas románticas, con dos actores de bandera. En Intimo y personal (1996), que dirige Jon Avnet, hizo el papel de una periodista que empieza con trabajos de poca monta, pero enseguida la cámara la ama, por su impactante belleza y personalidad. Con este talento y su afán de superación, llega a ser una importante presentadora en una gran cadena norteamericana.
Por su parte, Robert Redford es un famoso corresponsal que se enamora de ella, y la ayuda en su objetivo, pero a medida que el personaje de Michelle Pfeiffer va escalando puestos en el mundo periodístico, él se va quedando atrás, y esta diferenciación crea un conflicto en su relación sentimental.
Es una cinta romántica que no acaba de cuajar, quizás por la gran diferencia de edad entre los dos protagonistas, o porque la forma de actuar de Robert Redford no se aviene a la de Pfeiffer.
Un día inolvidable (1996), es una comedia romántica fácil de olvidar, protagonizada por dos guapos, Michelle Pfeiffer y George Clooney, representando a dos padres divorciados con sus respectivos hijos, que en un mismo día pasan de la guerra de sexos al "Todos dicen I love you". Aquí podéis leer la sinópsis.
Además de su trabajo de actriz, en 1997 empezó su trayectoria como productora en el filme Heredarás la tierra, cuya protagonista principal es Jessica Lange.
Michelle Pfeiffer tiene un papel secundario, con un importante registro dramático que le valió varios premios. Es una película con un trasfondo muy duro, pues trata el abuso a menores, entre otros temas, y creo que no se valoró con justicia.
En lo profundo del océano, volvemos a ver a la guapa actriz inmersa en un drama sobre el secuestro de un hijo.
La película dirigida por Ulu Grosbard, e interpretada por Michelle Pfeiffer, Treat Williams, Whoopy Goldberg y Jonathan Jackson, empieza en el momento en que el hijo pequeño del matrimonio Cappadora (Pfeiffer y Williams) desaparece en medio de una fiesta. La policía lo busca pero, igual que en otros casos sucedidos recientemente, el pequeño Ben no aparece. El argumento hace un salto y nueve años después de la desaparición, un buen día Beth Cappadora le parece ver a un chico del barrio que guarda un gran parecido con el hijo desaparecido. Su nombre es Sam Karras (Jonathan Jackson) y tiene la edad que ahora tendría el pequeño Ben. Es una buena interpretación de la actriz, pero el guión es demasiado irreal y tedioso.
5. SANDRA BULLOCK: la fama va sobre ruedas
La primera vez que vi a Sandra Bullock fue en la película Speed (1994), dirigida por Jan de Bont, y resultó ser su catapulta hacia la fama, recaudando 350 millones de dólares a nivel de taquilla mundial, y siendo número 1 en el ránking norteamericano.
Sandra Bullock, una actriz desconocida, pero que enseguida se ganaba las simpatías del espectador. Una sonrisa sincera, empática y parlanchina. Así es la protagonista de Speed, una Sandra Bullock que tiene que conducir un autobús, controlando la velocidad, ya que un terrorista (Dennis Hopper) ha colocado una bomba que puede explotar si no se mantiene en una constante de 80 kilómetros por hora.
El policía encargado de atrapar al terrorista es Keanu Reeves, el cual trabajaría más adelante en otros filmes con la actriz.
Es un thriller de acción que mantiene el interés hasta el final, con la tensión que provoca en los momentos en que crees que la conductora va a tener que disminuir la marcha para evitar un accidente de tránsito, pero con ello, podría estallar la bomba, y matar a todos los pasajeros y otros viajeros de la carretera.
El éxito de Sandra Bullock empezó a ir sobre ruedas (y nunca mejor dicho) y ganó el premio Saturn a mejor actriz. A todo ello, sumamos los dos óscar que concedió la Academia de Hollywood en las categorías de mejor sonido y edición de sonido al filme.
A esta le siguió un thriller sobre espionaje cibernético, La Red (1995) donde volvía a demostrar sus dotes para las películas de acción.
Angela Bennett (Sandra Bullock) es una analista informática especializada en detectar virus informáticos. Un día descubre un programa en Internet con el que cualquier usuario puede acceder a datos secretos. Este descubrimiento, lejos de una recompensa, será un problema grave para la protagonista, ya que será perseguida a muerte por Jack Devlin (Jeremy Northam, en su debut), un asesino a sueldo encargado por las altas esferas corruptas para acabar con la vida de Angela Bennett, antes de que pueda desvelar la trama de corrupción que lleva consigo el descubrimiento cibernético.
La cinta consiguió una alta recaudación y a posteriori se realizó una serie adaptada para la TV, bajo el mismo título en 1998.
Mientras dormías (1995) es una comedia romántica empalagosa, de aquellas que no suelo ver muy a menudo. Lo más seguro es que la dieran en algún canal de televisión en la hora de la sobremesa, y no tuviese nada más interesante que hacer. Es difícil entender el porque Sandra Bullock estuvo nominada al Globo de Oro como mejor actriz, pues es una película que está lejos de merecer premios. Yo le hubiese otorgado el de Miss Simpatía.
Los $182 millones de recaudación bien valían para que le diesen a Bullock su compensación.
La película iba avanzando mientras dormías la siesta. La sinópsis y la ficha técnica la podéis leer aquí.
Julia Roberts ya había protagonizado una adaptación de una novela del escritor de thrillers judiciales, John Grisham en El informe pelícano. Ahora le tocaba a Sandra Bullock.
Tiempo de matar (1996), está dirigida por Joel Schumacher e interpretada por Matthew McConaughey, Samuel L. Jackson, Kevin Spacey y Kiefer Sutherland. El tema central gira entorno a la brutal violación de una niña afroamericana de diez años por parte de dos racistas ignorantes y borrachos del KKK en Mississipi.
Los dos xenófobos son acusados, pero el padre de la víctima (papel que interpreta Samuel L. Jackson) no confía en el juez y se toma la justicia por su mano, y antes de que entren en la corte, les dispara mortalmente. Un joven abogado (Matthew McConaughey) y sus colegas (Sandra Bullock y Oliver Platt) se encargarán de la defensa de Hailey (Samuel L. Jackson), pero los habitantes van mostrando su reticencia a perdonar a un hombre negro, y empiezan las represalias contra el grupo de abogados.
El Ku Klux Klan, representado por los ultraconservadores (entre ellos, el actor Kiefer Sutherland) intenta sabotear el juicio y matar a Hailey y a su abogado. Kevin Spacey hace de juez corrupto y racista, enfrentado al personaje del padre de la niña violada acusado de asesinato.
Es un film bien ambientado, y demuestra una vez más que aún existen las sectas racistas en el sur de América, y es bastante fiel a la novela de Grisham. Tiene un gran elenco y es un thriller judicial efectista. Sandra Bullock subió su caché hasta los 8 millones de dólares que cobró por esta película.
Segundas partes nunca fueron buenas, y Speed 2 (1997) no fue la excepción. Sandra Bullock volvía a ser Annie Porter, la aguerrida conductora del autobús mortal que la encumbró a la fama, pero a diferencia de la precuela, en Speed 2 el argumento es una exageración y los actores hacen pésimas actuaciones. Jason Patric es guapo pero soso. Willem Dafoe es un villano que da grima. Y a Sandra Bullock le viene grande el papel y el tándem con Patric no tiene nada de química. En resumen, todos fueron nominados a los Razzies.
La actriz diría en una entrevista realizada en el año 2000, que esta película era "el mayor pedazo de mierda jamás hecho".
En 1998 estrenó una película junto a Nicole Kidman, en la que interpretaban a dos hermanas brujas, por herencia genética, y tenían el objetivo de destruir la maldición que habían tenido siempre las mujeres de la familia con su mala relación con los hombres.
Una mezcla extraña, entre comedia romántica o film fantástico. No tengo un recuerdo muy nítido, ya que es una película que no tiene ninguna gracia especial. Se trata de Prácticamente brujas, dirigida por Griffin Dunne y basada en una novela de Alice Hoffman.
Diez años más tarde llegaría su tan esperado Oscar a mejor actriz en The Blind side. Ya tendremos ocasión de hablar de ello en posteriores entradas.
6. SHARON STONE: erotismo intelectual
Antes de mostrarnos sus instintos más básicos, Sharon Stone ya se había graduado en Arte en la universidad, había sido modelo de Ford, y había actuado bajo la batuta de Woody Allen en Remember (1980) y del recién fallecido Wes Craven en Bendición mortal (1981).
Con una sola escena en Desafío total (1990), película de ciencia ficción protagonizada por Arnold Schwarzenegger, en la que representaba la mujer virtual del protagonista, ya se lanzó a lo más alto del panorama cinematográfico de los 90, gracias a su inteligencia, su belleza, y lo más esencial: su poder de seducción y su erotismo a flor de piel. Aprovechando el tirón, se mostró totalmente desnuda en la revista Playboy ese mismo año, y no fue la última vez. Sharon Stone estaba cómoda viviendo sin tapujos.
En 1991 vi una película malísima en la que la actriz era atacada en un ascensor por una persona que no descubría su identidad, pero que sí que enseñaba su arma: unas tijeras grandes de costura. Ese hecho la dejaba traumatizada, con miedo a volver a encontrar al maníaco, y a relacionarse con los hombres. Con la ayuda de un vecino y de su psiquiatra conseguía superar los ataques de ansiedad, hasta que volvía a ser atacada por el mismo psicópata, pero esta vez a cara descubierta y con las tijeras bien afiladas. Es un thriller de baja calidad, actores pésimos, y final predecible. El título no podía ser otro que Scissors (tijeras en inglés).
Instinto básico (1992) fue la punta del iceberg de su trayectoria profesional. Su papel tenía una gran carga sexual, y Sharon Stone lo sabía manejar muy bien. Subió la temperatura ambiente tanto de sus compañeros, entre ellos Michael Douglas -tuvo que internarse para superar su adicción al sexo después de la excitación que llevaba con sus actuaciones en Atracción fatal, Acoso y en esta misma-, como de todos los espectadores de la época y de los de épocas venideras.
La película, dirigida por Paul Verhoeven, versa sobre una escritora de thrillers, Catherine Tremell acusada de haber asesinado brutalmente con un objeto punzante a su amante. El personaje que interpreta Sharon Stone es ambiguo, tanto sexualmente como emocionalmente. No sabes si está actuando y mintiendo, si es bisexual o hetero, si es una psicópata asesina o una inteligente mentirosa, si se ha enamorado de verdad del policía (Michael Douglas) o lo está utilizando para escribir otra novela de asesinatos.
Para mí, la mejor escena es la del pica hielos, un final que deja más incógnitas o te da la respuesta que querías. Es cuestión de instinto.
Como el éxito de Sharon Stone estaba en explotar su vertiente sexual, las siguientes propuestas de trabajo que le hicieron eran papeles donde la actriz se mostraba de esta guisa.
En Acosada (1993) se mezcla el voyeurismo con el sexo explícito entre Carly (Sharon Stone) y su vecino Zeke (William Baldwin) y unos asesinatos macabros que van sucediéndose en el edificio donde vive Carly. El asesino la espía a través de las cámaras de seguridad, mientras ella va haciendo de las suyas en los lugares más inhóspitos.
Cabe destacar los 7 Razzies que recibió Acosada, a peor película, dirección, actor, etc.
Otro fiasco de tono subido y que le valió el Razzie a peor actriz del año fue la película que co-protagonizó con Sylvester Stallone, El especialista (1994). Las escenas de sexo entre ambos crearon polémica entre el público americano más conservador, y el argumento de thriller quedó en segundo plano. Se especuló con una posible relación entre los dos actores, pero Sharon Stone lo negó categóricamente.
Después de unos cuantos premios Razzies más por sus pésimas interpretaciones en películas como Rápida y mortal (un pseudo western machista y sin sentido junto a buenos actores como Gene Hackman, Russell Crowe y Leonardo DiCaprio) o en Diábolicas, que se suponía era un remake de Les diaboliques de Clouzot (1954) -el papel de la actriz no le llegaba ni a la suela del zapato de su homóloga Simone Signoret-, Sharon Stone volvió a coger las riendas del éxito.En 1996 recibió una nominación al premio Óscar de la academia como mejor actriz por su papel de Ginger en la película Casino, dirigida por Martin Scorsese, y por la que fue galardonada con el Globo de Oro a la mejor actriz. En la película compartió cartel con Robert De Niro y Joe Pesci.
Además, la actriz también fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz protagonista y de reparto por la película La musa (1999), dirigida y protagonizada por Albert Brooks. Una comedia de guión fácil, donde Stone hace el papel de musa de un escritor sin ideas. Una soberana tontería para lucimiento de una especie de Talía del S.XX.
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