El Neorrealismo italiano en el cine de los años 50

 En mis recuerdos hay algunas películas -no son demasiadas- pero sobradamente excelentes y representativas del cine italiano de finales de los 40 y principios de los años 50. Estas obras maestras están englobadas en un movimiento cinematográfico que se denominó Neorrealismo -también se extendió por Francia e incluso, en España-, en el cual lo que más preponderaba es la demostración de la crueldad de la guerra en la sociedad, la realidad sin tapujos, de la miseria, el hambre y la desesperación, hechas en blanco y negro, en contraposición con la artificiosa cortina de humo de la realidad de los estragos de posguerra de las películas hollywoodienses con musicales, risas y Technicolor. Películas rodadas en exteriores reales sin cartón piedra, a veces ambientadas en calles de gentío, basura, bullicio. Nada de glamour ni gestas heroicas a diferencia del cine de Hollywood. 

Aquí va mi lista de recuerdos:


ROCCO Y SUS HERMANOS
, de Luchino Visconti, fue un éxito sin parangón. En 1960 se estrenó este film neorrealista, controvertido, donde no falta ningún toque de lo que representaba este movimiento: la historia de una familia, la madre, y sus cuatro hijos, sobreviviendo en una Italia empobrecida y devastada por la guerra. La historia se sitúa en Milán, y allí se pone de manifiesto el drama no únicamente económico, si no también las rencillas familiares, los celos por una mujer (la actriz francesa, Annie Girardot, soberbia), la desesperanza, la fuerza de los caracteres de sus protagonistas (un duelo de grandes actores, como Alain Delon, en el papel del hijo mayor, Rocco, y su hermano problemático, que busca la salida a la pobreza en el boxeo y en meterse en brega (Renato Salvatori). Con un punto de tragedia griega, Visconti realiza una película dura y auténtica de principio hasta el final más espeluznante.. 


LA STRADA (1954), protagonizada por Giulietta Massina -esposa del director de la película, el gran Fellini- y por Anthony Quinn es otra de las maravillas del cine italiano neorrealista de los años 50.


La Strada de Fellini obtuvo el Oscar a película de habla no inglesa, porque es sencilla y a la vez compleja; porque nos hace reir, pero nos conmueve de pena. Porque sus personajes no tienen filtros: Massina es una chica sin belleza, Gelsomina, un poco mojigata, que se deja arrastrar y maltratar por el dueño de un circo ambulante, el cruel Zampanó (Quinn) que la compra a su familia, como si fuera un animal. Y ella hace lo que él quiere: la payasita, que jugaba en las calles (strada, en italiano), como los niños pobres de la época. 


Y a  pesar del trato abyecto de Zampanó, Gelsomina sigue fiel a su amo, incluso agradecida, entre llantos y dulzura, entre risas y tragedia. 

Aunque se podría enmarcar dentro del Neorrealismo cinematográfico italiano, Federico Fellini apuesta en La Strada por romper de alguna manera con este movimiento. Esto marcará un punto de inflexión para que el cine italiano transite el camino que le llevará del cine social a otra cinematografía en el que los conceptos más artísticos también tengan su cabida.

LAS NOCHES DE CABIRIA, Oscar al mejor filme internacional de 1957, vuelve a tener la gran interpretación de Giulietta Massina, como una prostituta que tiene una fuerza interior para sobreponerse al maltrato de los hombres, y levantarse de cada golpe, con esa sonrisa tan bonita e inocente, que ya vimos en La Strada. 

UMBERTO D, dirigida por Vittorio de Sica en 1952, es un filme comprometido que forma parte de una trilogía neorrealista (de la cual también he visto Ladrón de bicicletas). Muestra la dureza de la vejez y la jubilación en el marco de una ciudad como Roma de posguerra, alternando poesía y desamparo, y una narración espléndida y bien construida en planos originales de exterior.


Battisti es un jubilado solitario, sin familia próxima, un exfuncionario de obras públicas que lucha por permanecer en la habitación en la que lleva veinte años.

Vende libros, relojes, lo intenta...acompañado por su fiel perro Flike, encontrando simpatía en la joven sirvienta Maria (Lina Gennari) y despreciado por su casera, que convierte su casa en una especie de lupanar. 



LADRÓN DE BICICLETAS
. La he visto en más de una ocasión, y siempre encuentras algo diferente, una imagen, un personaje nuevo a quien ahondar. El pobre hombre sin empleo, con el hijo a cuestas, buscando alguna oportunidad de ganarse el pan. La desesperación le lleva a robar una bicicleta entre un montón, jurando que la devolverá cuando haya hecho un encargo de trabajo. Pero otros también buscan el dinero fácil, y le robarán lo único que le daba una esperanza: la bicicleta. De ahí se crea una persecución y también el dilema de pensar quién es realmente el ladrón? Para de Sica, no hay culpables, hay miseria, y el verdadero ladrón es el hambre y la impotencia. Una actuación espléndida del niño que sigue a todas partes a su padre, lo ama y lo protege, lo pierde y lo vuelve a ganar, el niño que es la esperanza de un futuro mejor. Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica es un exponente del neorrealismo en Italia, junto con películas de Rossellini i Visconti -de las cuales ya he hablado anteriormente-. Es un filme de 1948 pero en realidad no tiene edad. Las guerras, los conflictos sociales siempre llevan a las mismas consecuencias, y lo estamos viviendo también en la actualidad, con los campos de refugiados, y los inmigrantes que huyen cada día en busca de un futuro, y muchos no lo llegan a conseguir. 

ALEMANIA, AÑO CERO (1948)

Enmarcada dentro del Neorralismo, Rossellini realiza un cruento filme sobre la naturaleza humana, el padecimiento, la miseria, y la destrucción moral en el marco de un Berlín, ciudad que ha quedado devastada después de la segunda guerra mundial. Y como bien dice un personaje, "antes éramos nacionalsocialistas, y ahora solo nazis". No les queda nada, ni honra, solo hambre, muerte y vergüenza. Su protagonista principal, un joven niño que trapichea para alimentar a su padre moribundo, a su hermano, .que se esconde tras haber ido al campo de batalla-, y su hermana, que se prostituye con los "yankees" a cambio de algún que otro cigarrillo. Un juego de sombras y oscuridad, persiguen al muchacho, que siente que ha hecho algo terrible, y que no tiene perdón. 



ROMA, CIUDAD ABIERTA (1945) con la que Rossellini empieza el movimiento Neorrealista del cine italiano. De esta película ya os he hablado en la entrada de Anna Magnani, protagonista del filme. Aún hay ocupación alemana en Roma, y como un documental, ves a los personajes deambular en esas calles dejadas de la mano de la miseria, la destrucción y la pestilencia de las bombas. Rossellini se inspiró en personajes reales para el guión y la reproducción de la historia fílmica: por ejemplo, Pellegrini está basado en un sacerdote fusilado por ser de la Resistencia en 1944. Pina, el papel de Magnani, está inspirado en Teresa Gullace, una mujer que fue abatida en plena calle por los nazis estando embarazada. En la sencillez de la película radica su magnificencia. Ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes.


Comentarios