Jim Jarmusch, exponente del cine indie underground

 Sin duda, decir JIM JARMUSCH es hablar de cine independiente en estado puro. Jim Jarmusch es uno de los directores claves del cine indie estadounidense, y a mi me apasiona el cine independiente, con lo que me hago tan ínfima delante de la gran obra fílmica de Jarmusch. 


No he visto todas sus películas, pero todas la que he podido disfrutar, me han llenado los sentidos de una manera u otra. 

Jarmusch era un ávido lector, no pensaba en otra cosa que en leer. Por encima de su afición por el cinema, su pasión por la literatura le llevaron a ser una persona religada a la metafísica, como si fuera su dogma de fe, e incluso pensó en iniciar los estudios de teología en esa época en que todos nos preguntamos "qué quiero hacer de mi vida, qué hago aquí, quien soy, a donde voy". Pero su camino iba hacia otros derroteros: la contracultura, la música underground, Kerouac, Warhol, y sobre todo, ser poeta. 

Aunque se matriculó en la escuela de periodismo, su llamada interior le volvía a llevar a su pasión: la literatura, la poesía, y finalmente, estudió con importantes escritores vanguardistas como el poeta Shapiro y Kenneth Koch la carrera de Literatura inglesa y americana.

Fue su estancia en París -tenía que ser un intercambio de verano y se alargó diez meses-, en la que Jarmusch se empapó de cine europeo y también de los mayores directores japoneses en la  Cinémathèque française, y desarrolló una forma de escribir más cinemática, como él mismo definiría. La literatura ya se unía a la visión más descriptiva visual propia del cine. De vuelta a su país natal, entra en el mundo del cine, a través de sus estudios en la Graduate Film School de la Universidad de Nueva York. Allí conoció a importantes directores que hoy en día son cantera del cine independiente: Tom Dicillo, Spike Lee, Sara Driver, futuros colaboradores del director. 



Su primera obra más destacada fue STRANGER THAN PARADISE. Sin duda lleva el sello Jarmusch: la regla del minimalismo tanto en presupuesto, como en elenco actoral -solo aparecen tres personajes-, como en escenarios, producción, diseño, etc. Independiente al mil por mil. Una mezcla entre road movie episódica en la que los tres jóvenes protagonistas irán estrechando lazos, conociéndose a ellos mismos a través de los otros, y crítica social. Un tema recurrente en los filmes del director son los perdedores, aquellas personas que se aventuran en soledad, a veces melancólicos, otras chulescos y ridículos, o ladrones de poca monta que caen simpáticos. Ironías de la vida, vidas con poco que contar. La película está rodada en blanco y negro. Eva (Eszter Balint), una joven húngara, llega a Nueva York y se instala por diez días en casa de su primo Willie (John Lurie, compositor de la BS), un joven maltratado por el mundo y por el mismo, jugador, desagradable, tramposo y cansado. El tercero en escena es Eddie (Richard Edson), amigo de Willie y ciertamente sometido a la personalidad de éste. El flme fue premiado con la Camera d'Or en el Festival de Cannes de 1984. 

En 1989 escribe y dirige MYSTERY TRAIN (del mismo título que una canción de Elvis Presley)bién nos habla de extraños, personajes poco convencionales, y realizada como una novela (dividida en tres capítulos, tres historias dentro de la misma película, y que suceden en el mismo espacio temporal): Lejos de Yokohama, Un fantasma, y Perdidos en el espacio.


  

Los tres episodios transcurren en Memphis, y el punto de unión entre ellos es un motel de hospedaje el Arcade Hotel. En Lejos de Yokohama, los personajes son dos jóvenes japoneses, ella fan de Elvis (Youki Kudoh) y él detractor del rey del rock, aunque lleva su mismo tuppé, y viste, fuma y se comporta como un auténtico rockabilly de los 50 (Masatoshi Nagase). Pasan la noche en el Arcade Hotel, visitan la discográfica Sun, donde grabaron Elvis, Jerry Lee Lewis, y otros grandes del blues, hablan de la juventud, de América versus Japón, hacen el amor, y al día siguiente se marchan. Su discusión sobre si era más importante Elvis que Carl Perkins, en un Memphis completamente desolado, destartalado, con la única presencia de los recepcionistas negros y ellos mismos, con una maleta roja que llevan a cuestas, ella soñando con "The King", él, ecléctico, hacen una primera parte divertida, irónica, sutil, y de amor hacia la cultura pop estadounidense.

La segunda historia, Un fantasma, protagonizada por Nicoletta Braschi (ya había actuado en Down by Law, que no he visto). Una mujer italiana que va a repatriar el ataúd de su marido desde Memphis a Roma. Su primera actuación es irritable, gritando en una cabina telefónica, como si desde Italia no la pudiesen oir sin vociferar. Pero también presenta el carácter latino y apasionado de dicha protagonista. Un hombre la estafa contándole que vio al fantasma de Elvis, y que éste le dijo que le vendiese su peine personal por 20 dólares a una mujer romana que llegaría a Memphis precisamente en el momento que ella aparece.

Comparte habitación en el Arcade Hotel con una chica muy parlanchina, que tiene mal de amores con su novio. Por la noche, Luisa (Braschi) se despierta de golpe y ve el fantasma de Elvis que le habla, mientras suena Blue Moon. Pero solo ella ve el espectro. Al día siguiente las dos mujeres se despiden, y se oye un disparo desde otra habitación -en el primer episodio los dos jóvenes japoneses también oyen el disparo en el Hotel-. 

En la tercera y última historia, abundan las similitudes. Perdidos en el espacio, Johnny (Joe Strummer, fundador de The Clash) es un tipo al que llaman Elvis por su estilo de peinar y vestir, que está amargado porque su novia lo ha dejado y es un desastre. Lleva una pistola, y es un peligro si se le dispara. Para convencerle de que deje el arma, llaman a su cuñado Charlie, un peluquero de la ciudad de Memphis (Steve Buscemi). Las cosas se ponen mal cuando Elvis entra en una licorería y en el atraco, dispara al dueño de la tienda. Se marchan a toda pastilla en la furgoneta de un amigo Will (Rick Aviles), y Johnny le cuenta a Charlie que su hermana se ha ido, y sin decir nada. Y empiezan a discutir si está mejor o peor sin ella. Se pasan el rato circulando por las calles desiertas, de noche, bebiendo, hasta que están muy borrachos y cansados. En la radio de la furgoneta, suena Blue Moon, como una conexión con las otras dos historias. Se esconden en el Arcade Hotel mientras los recepcionistas están teniendo la misma discusión -similitud- que en el primer episodio. 


Charlie y Will se dan cuenta que éste último se llama igual que un personaje infantil de la serie televisiva Perdidos en el espacio, Will Robinson (símil). El diálogo entre ellos transcurre mientras discrepan sobre la serie y sobre el racismo en la serie. Will es negro mientras que Charlie y Elvis son blancos, y Will les dice que así se siente con ellos, Perdido en el espacio, con "dos copitos de nieve". Al final, Johnny vuelve a hablar con Charlie sobre su novia, y le pregunta a Charlie si sabe dónde puede estar su hermana. El ambiente se calienta cuando Charlie se entera que ha tenido que aguantar todo lo que ha pasado con Johnny y ni siquiera es su cuñado, ya que no se no llegó a casarse con su hermana. Se pelean para deshacerse de la pistola, y se oye el disparo -la similitud de los tres episodios-. Sin querer, Charlie sale herido.

NOCHE EN LA TIERRA (1991), que dirige uno de los cineastas independientes con mayor apogeo en esta década, Jim Jarmusch, es otro título donde el argumento pasa simultáneamente en cinco ciudades del mundo por la noche, y en cada lugar tiene como eje central el diálogo entre un taxista y sus pasajeros. Reconozco que la película es extraña y oscurantista, pero soy entusiasta del cine indie, por lo que la recomiendo, ya que es un filme de culto. La música está compuesta por Tom Waits, que aparece en varias películas del director, realizando papeles muy a su "estilo".

Los diálogos tratan temas que interesan a Jarmusch, como el racismo, los inadaptados sociales, los que no han tenido suerte en la vida, la diferencia de clases. En cada viaje los personajes hablan en su propio idioma, lo que la  hace más creíble, y tiene ese halo de misterio, que no sabes lo que va a suceder al girar el volante. 

En 2003 vi COFFEE AND CIGARRETTES, nuevamente dividida en once historias muy breves en las que los protagonistas aparecen en un mismo bar, fumando compulsivamente, tomando café y hablando de cosas algunas más filosóficas, otras banales. Repiten algunos de sus habituales, como Roberto Benigni, Tom Waits, Isaach de Bankolé; destacan las grandes interpretaciones de Bill Murray y Cate Blanchet, y los hilarantes cameos de Iggy Pop, Waits, y los hermanos White, miembros del grupo musical The White Strippes. Está considerada una de las mejores obras de Jim Jarmusch, sin obviar Extraños en el Paraíso.

FLORES ROTAS es su siguiente trabajo cinematográfico, interpretado por Bill Murray que ya había hecho un papel en Coffee and Cigarrettes. Flores rotas se estrenó en 2005 y ganó varios premios, entre ellos el del jurado de Cannes, o el León checo como mejor película extranjera. Don Johnston, un hombre maduro y soltero empedernido, al cual lo ha dejado su última novia -tiene una suerte fatal con las mujeres-, está amargado y es un tipo bastante soso, frío y egocéntrico. Pero un día recibe una carta que le cambiará la vida: una de sus parejas le dice que es el padre de su hijo, pero en la carta no aparece el nombre de la remitente. 
Don emprende un viaje tanto interior como a modo de road movie, visitando a sus amantes que podrían ser por edad o por el tipo de relación que mantuvieron las madres de ese hijo. Recorrerá el país en busca del hijo, y revivirá con cada una de las cuatro mujeres el pasado, lo que fue mal, lo que pudo ser, el fracaso. En cada caso, él es el culpable de que se acabaran las relaciones de pareja. El estilo del filme, como en los anteriores, no carece del minimalismo y del punto de vista tragicómico de la vida y sus personajes. Bill Murray clava el papel, y sus coprotagonistas, forman un elenco de grandes actrices: Sharon Stone, Tilda Swinton, Frances Conroy, Jessica Lange y Julie Delpy.

En 2009 realizó The Limits of Control y en 2013 Solo los amantes sobreviven, filmes que no he tenido ocasión de visionar todavía.

PATERSON (2016) es una maravilla de película, llena de poesía y sencillez. La película es el diario del protagonista, siete días en la vida de un joven conductor de autobús estadounidense llamado Paterson (papel que interpreta Adam Driver), un hombre afable y tranquilo. El joven, de una gran cultura literaria, es también poeta y vive con una joven esposa encantadora en una ciudad media denominada Paterson, en Nueva Jersey. La casualidad ha querido también que su propia línea de autobús tenga la dirección 23 Paterson. Cada mañana, el joven hace su rutina: marcha al trabajo con su pequeña fiambrera, conduce durante ocho horas el autobús y, a ratos, escribe en un cuaderno sencillos poemas de marcado carácter realista, a la manera de su admirado William Carlos Williams, también criado en Paterson. Al llegar a casa, lee, ordena su biblioteca y cena con su esposa (la actriz iraní Golshifteh Farahani), que cada día le sorprende con sus dotes de originalidad. Al anochecer, saca a su perro a dar un paseo y se toma una cerveza en el bar de la esquina. La monotonía de los días, frente a la poesía de cada día, la poderosa fuerza de las palabras, la lírica de los sentimientos como el motor de la persona, aunque los poemas se escriban en el agua, o hasta que sean destrozados por un perro.


Espero ver las películas que me faltan, porque vale la pena no perderse el cine indie de Jarmusch. 
 



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