Alguien decía que "esta película se parece a otra que vi hace unos años que trataba el mismo tema, y los personajes eran similares". Así nos expresábamos, sin saber que a este tipo de filmes se les denominaría remakes a cascoporrillo. En realidad, no es más que la traducción en inglés de los términos reedición o adaptación.
Los remakes generalmente son fieles al argumento e integran los mismos personajes que el filme original. Son adaptaciones de películas que pueden ser de diferentes países (por ejemplo, volver a hacer una obra europea en Estados Unidos; o una adaptación de una película asiática convirtiéndola en un remake de Hollywood).
En otros casos, son adaptaciones más libres, que introducen cambios en el guión. Se basan en la misma historia pero contada de forma diferente, y con algún personaje añadido que no aparecía en la primera versión.
En esta entrada, recordaré algunos de los remakes favoritos de mi lista, y hablaremos de sus similitudes y sus diferencias con la primera película que se editó.
Prefiero la creatividad y la novedad, y los remakes me parecen falta de creatividad de los cineastas. Habrá que revisar el salario de las Musas.
KING KONG (1933)-KING KONG (2005)
¿Quién no conoce el mito de la Bella y la Bestia, representado tantas veces en todas la artes tanto literarias, pictóricas como escénicas?. No podía faltar una versión con una bestia colosal, un gorila monstruoso, capaz de devastar todo a su paso, pero completamente vencido delante de la Bella, la figura femenina que está secuestrada por el ser animal, y sorprendentemente, logra sacarle el sentimiento más profundo, la sensibilidad, el cariño que también forma parte de la naturaleza de esa Bestia.
De este mito, surgió la idea de realizar una película fantástica, en la que la bestia no sería un príncipe convertido en animal horripilante, sino que lo encarnaría un gigantesco gorila, y de ahí nació King Kong. King Vidor dirigió en 1933 una película con el título homónimo del nombre del gran mono y la fémina que le arrebata el corazón fue la actriz Fay Wray. Fue un gran éxito, con los pocos medios técnicos que había por entonces en Hollywood, y se ha convertido en un clásico del cine de todos los tiempos.
Se hizo una versión en los años 70, pero os hablaré de la versión de King Kong de 2005, que es la que he visto. Dirigida por Peter Jackson y protagonizada por la actriz Naomi Watts, el guión es fiel al clásico. En esta entrada podréis encontrar la sinópsis y también la ficha técnica: 9 películas s xxi que empiezan por K.
TIENES UN E-MAIL-EL BAZAR DE LAS SORPRESAS
Sin saberlo, resulta que he descubierto que la película Tienes un e-mail, dirigida en 1998 por Nora Ephron y protagonizada por una famosa pareja cinematográfica de los 90, Tom Hanks y Meg Ryan, es un remake de una de las magistrales comedias del director Ernst Lubitsch de 1940 -al que agradezco haber realizado el film To be or not to be, con el que me río sin parar, aunque creo que la he visto más de seis veces-, El bazar de las sorpresas.
Tienes un email es una adaptación libre, con un guión diferente, actualizado, pero que tiene unas particularidades que son semejantes al clásico protagonizado por James Stewart y Margaret Sullavan. En El bazar de las sorpresas, el protagonista (Stewart) es el jefe de personal de un negocio, mientras que la protagonista de Tienes un e-mail (Meg Ryan) es propietaria de una pequeña librería que se ve en peligro, ya que al lado han abierto una gran cadena comercial de libros, que le hará cerrar la tienda. El hijo del dueño de la gran cadena, protagonizado por Tom Hanks, es el ser más despreciable para la protagonista. Lo que no saben es que mantienen una correspondencia por e-mail entre ambos, en una época en que las relaciones interpersonales empezaron a tener auge a través de la creación de internet, y esto es el punto de semejanza con El bazar de las sorpresas, en la que Stewart mantiene correspondencia -por carta, por supuesto- con una persona desconocida, pero que resulta ser una de las trabajadoras de la tienda con la que más se discute (Sullavan). Aunque el tándem Hanks-Ryan funcionó en estas comedias románticas con éxito, no tiene el encanto del clásico de Lubitsch, que aunque es en blanco y negro, los protagonistas le dan color a un juego de ironías, secretos, y discusiones de corazones enamoradizos.
Una familia de Tokio (2013) es un drama del director Yôji Yamada, un remake de la gran película nipona de 1953 Cuentos de Tokio, dirigida por el maestro Yasujirō Ozu. A diferencia de su predecesora, esta nueva versión está rodada en color y transcurre en la actualidad. Una pareja de ancianos van a visitar a sus hijos que viven fuera de la ciudad con la intención de pasar unos días en familia, cuidando de los nietos. Pero, los hijos están ocupados, unos con trabajo y los otros con sus particulares egoismos, y esta visita se convierte para ellos en un estorbo. Solo hay una persona que ofrece a los padres ancianos su casa (con más espacio) y su cariño: su nuera.
Evidentemente, Cuentos de Tokio de Ozu es una obra de arte difícilmente imitable por ser una de las grandes historias cinematográficas del cine japonés.
En 1993 se estrenó Algo para recordar, un remake de la película protagonizada por Cary Grant y Deborah Kerr, Tu y Yo en 1957. En la versión clásica, unos desconocidos se encontraban en un barco, se enamoraban -aunque los dos estaban comprometidos-, y se juraban que si seguían sintiendo lo mismo él uno por el otro, en seis meses se encontrarían en la azotea del Empire State Building. En Algo para recordar, hay ciertas variaciones en el argumento: Tom Hanks es Sam, un viudo con un hijo pequeño y Meg Ryan es Annie, una locutora de radio,que está a punto de casarse. El hijo quiere que su padre encuentre nuevamente un amor y llama a un programa radiofónico tipo consultorio sentimental, y hace que Sam explique su historia. Annie escucha la radio, y se queda fascinada por Sam que vive en Seattle. Decide saber quien es en persona, citándose en el Empire State con él y su hijo, igual que sucedía en la versión de 1957.
Tanto en Tu y Yo como en Algo para recordar hay unos percances para que el encuentro se haga efectivo, pero finalmente, el destino une a los dos enamorados en ambas versiones.
Como dato curioso, en una escena de la nueva adaptación de 1993, la protagonista interpretada por Meg Ryan está viendo su película favorita en la televisión, que no es otra que Tu y yo de Leo McCarey.
PROFUMO DI DONNA-ESENCIA DE MUJER
Esencia de mujer (1992) es la versión made in Hollywood de la gran película de Dino Risi, Profumo Di Donna (Perfume de mujer) de 1974. En la entrada Peliculas que he visto de los años 70 Vol. 3 encontraréis la crítica del filme italiano protagonizado por el gran Vittorio Gassman. La adaptación que hizo del personaje Al Pacino dista mucho de la de Gassman, y lo más extraño es que Pacino ganó el Oscar a mejor actor por su interpretación de un coronel déspota ciego que necesita de la compañía de un joven estudiante, papel que hizo Chris O'Donnell en 1992. En Profumo Di Donna hay una fuerza en el personaje del coronel de Gassman que en Al Pacino se convierte en una especie de cinismo elegante. Perfume de mujer es agreste, mediterránea, libertina, casi soez; en cambio, en la versión americana, es un drama romántico, casi rozando la ñoñería de la high society neoyorkina. Eso sí, el argumento es idéntico, con una excepción: el fantástico tango que se marca Al Pacino -ciego pero con ritmo- con la bella modelo y actriz Gabrielle Anwar.
WILLY WONKA Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE-CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE
Antes de ver a Johnny Depp haciendo del extravagante y perverso Mr. Wonka, Gene Wilder había protagonizado esta película en 1971, basada en el libro de Ronald Dahl, a caballo entre un musical infantil y un film de comedia ácida, haciendo el papel del dueño de una fábrica de chuches y chocolatinas de todas las variedades posibles, el señor Willy Wonka.
Con una estética kitsch propia de la década de los setenta, colores estridentes, escenarios psicodélicos y extraños enanos malhumorados -los Oompa Loompa-, se desarrolla esta historia, Willy Wonka y la fábrica de chocolate, en la que cinco niños (entre ellos Charlie, un chaval de familia humilde y de buen corazón) consiguen el premio escondido al azar en cinco tabletas de chocolate. Y ese premio consiste en visitar todas las instalaciones del fantástico mundo de golosinas y ríos de chocolate de la fábrica Wonka.
Es la ilusión de Charlie, que ve una oportunidad única, ya que su familia es muy pobre y no puede permitirse ni un trozo de chocolate.
Gene Wilder está soberbio en su papel de Wonka, llegando a dar miedo cuando castiga a los niños malcriados y egoístas (es una crítica muy mordaz a los niños aburguesados y a sus padres).Y Charlie, por su sencillez y por su ética, es el finalista y ganador del gran premio.
En 2005, el histriónico Johnny Depp encarnó al personaje de Willy Wonka en una adaptación del director Tim Burton -con el que ya había trabajado anteriormente-, respetando el argumento, los personajes y la misma estética que su predecesora, pero con las nuevas tecnologías de sonido, iluminación y efectos visuales.
FURIA DE TITANES (1981)-FURIA DE TITANES (2010)
En 1981 se estrenó Furia de Titanes, una película de épica fantástica basada en la mitología griega sobre el origen divino de Perseo, sus andanzas, la venganza de Zeus y otros dioses del Olimpo. Dirigida por un desconocido director británico, Desmond Davis, e interpretada por Harry Hamlin -un actor principiante y que hoy en día ha logrado ser conocido, y hasta nominado a los Emmys y al Globo de Oro por su actuación en conocidas series televisivas-. Este filme, a pesar de contar con la aparición de la sensual Ursula Andress y el gran actor británico, Sir Laurence Olivier, es una de esas películas que bien podrían catalogarse de clase B, pues la escenografía, los monstruos mitológicos, y el montaje se revela de cartón piedra con poco disimulo. No es el caso de la adaptación del mismo guión de 2010, que técnicamente está por encima de la anterior -realizada en 3D-, pero pierde en encanto kitsch de su versión setentera. Y eso que el elenco es notable, apareciendo famosos actores como Mads Mikkelsen, Liam Neeson, Ralph Fiennes, y Pete Postlethwaite. Furia de Titanes de 2010 tuvo una secuela, Ira de Titanes (2012), protagonizada por el mismo Sam Worthington, pero con escaso éxito.
Al verse solo, decide gastarse todo su dinero en fiestas, salas recreativas, clubs nocturnos, creyendo que esa es la forma adecuada de acabar con la agonía, pero Kanji Watanabe se da cuenta que todo esto lo lleva a una nostalgia aún más dolorosa. Un plano donde vemos al actor que canta una canción de su juventud, con un tono gutural muy profundo.
Después, aparece otro personaje: una muchacha de la oficina, que encarna la imagen de una juventud perdida para este hombre que va a morir en pocos meses. Se apega a ella, pero es tan grande la obsesión de sentir cerca a la chica por su vitalidad, que la asusta, y ella misma se aparta de él, cuando le dice que está enfermo terminal. Un detalle de un muñeco que lleva la misma joven consigo, produce la revelación definitiva, y se da cuenta de que su propósito final es conseguir la construcción de un parque infantil, un proyecto que en el ayuntamiento han estado ignorando, y pasándolo de departamento en departamento, dando largas a los ciudadanos que lo pedían con ahínco.
Este año se ha estrenado una nueva versión, Living, protagonizada por el actor británico Bill Naghty- Living es una adaptación británica de Ikiru, dirigida por Oliver Hermanus y escrita por el japonés Kazuo Ishiguro, sin llegar a la perfección que caracteriza la dirección de Kurosawa, el intimismo, y el papel del protagonista, pero se acerca bastante, ya que Bill Nighty está perfectamente implicado en su papel del funcionario Mr Williams, enterrado en un montón de expedientes, que al enterarse de que tiene un cáncer terminal, decide experimentar todo lo que se ha perdido en vida. Como le dice la joven oficinista, es un Señor Zombie, un muerto en vida. Hay escenas calcadas con la original nipona, como la del protagonista al final, sentado en el columpio del parque que ha conseguido llevar a cabo, cantando una canción melancólica, bajo los copos de nieve.
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