El cine en el divan del psiquiatra

Por desgracia, mi vida es una retahíla de visitas, consultas, y careos con licenciados en Medicina autorizados para dispensar psicotropos. Sí, me refiero a los psiquiatras. Los he conocido de todos las filosofías, medidas y desatinos.
No os voy a aburrir con mis experiencias con los "loqueros", si no que he pensado dedicar esta nueva entrada al colectivo de curanderos del alma (excluidos, psiconeurólogos, psicólogos y educadores, coachings, y gurús), y su rol en películas inolvidables de la historia del cine de todos los tiempos. 
No hay nada mejor para aumentar la serotonina que escribir para sacar fuera la ansiedad y compartir recuerdos cinéfilos con los amantes del séptimo arte.

RECUERDA (1945)

Además de ser uno de los primeros grandes thrillers hitchcokianos de éxito en Estados Unidos, da la casualidad que los dos protagonistas de la película son doctores en psiquiatría. Por un lado tenemos a la diva Ingrid Bergman, protagonista central del filme, que hace el papel de una prestigiosa psiquiatra, Constance Petersen. Junto a ella, otro de los actores del star system de la época, Gregory Peck, que también es psiquiatra pero a la misma vez, está para que lo encierren. La doctora Petersen (Bergman) se enamora del personaje de Peck (en el rol de doctor Edwards), y con el tratamiento del psicoanálisis freudiano y la hipnosis, le ayuda a traer a su consciente recuerdos traumáticos de su pasado -esta es la parte del thriller más interesante, mezclada con imágenes oníricas, creadas por Dalí que colaboró con sus dibujos surrealistas a crear un ambiente de sueños y figuras simbólicas-, que estaban escondidos en su subconsciente, y así se desvela el misterio que traía de cabeza al personaje de Gregory Peck. 
Dos comentarios de utilidad: ¡Cuidado!, hay psiquiatras que están peor que sus pacientes; y "Menos valiums y más besos".

LA MUJER PANTERA (1942)

Fascinante película de Jacques Tourneur que está a caballo entre el terror psicológico, el thriller fantástico y el drama romántico. Podríamos hablar largo y tendido de esta obra de arte fílmica -en su momento fue vista despectivamente como cinta de serie B-, pero en esta ocasión se trata de extraer el tema psiquiátrico del hilo argumental, y a ello me quiero ceñir. La protagonista es una bella mujer de origen serbio, Irena Dubrovna (papel que realizó una no menos guapa actriz francesa, Simone Simon) que tiene una extraña admiración por los felinos. Mientras Irena dibuja como hipnotizada una pantera negra en el zoo de Nueva York, conoce al que será su marido en la ficción (el actor Ken Smith) quien se queda prendado delante de esos ojos magnetizadores y la irresistible fragilidad que posee Irena. El director juega con las imágenes simbólicas, las sombras aterradoras, y el miedo psicológico. Cuando Irena se casa con Oliver, y en cierta manera, deja de ser libre, y se somete a la voluntad masculina, aparece en la prensa que la pantera negra del zoo se ha escapado. En este sentido, se puede advertir el terror que subyace en la película, y que nos interroga: ¿es Irena una mujer sumisa o es una pantera que puede atacar si se ve amenazada en su Yo animal?. Y aquí es cuando aparece el psiquiatra, porque el matrimonio no se consuma, debido a que Irena tiene miedo de hacer daño a Oliver, porque piensa que en el acto sexual se convertirá en un gato malvado y le atacará. Ella le pide tiempo al marido, pero él se frustra por su deseo de poseerla y decide enviarla a un especialista en psiquatría. La lectura freudiana del psiquiatra (interpretado por Tom Conway) no es otra que "esta mujer es frígida, es una reprimida histérica". Pero en la mojigatería de la sociedad de los años 40 era impensable que en una película se hablase en estos términos. El matrimonio es infeliz, y para acabar de rematar, aparece una compañera de Oliver del trabajo, que está enamorada de él desde siempre, Alice, y esto desencadena el trágico desenlace. 

La fiera está celosa, y la cámara muestra a Alice que se se siente perseguida por una sombra de pantera, que intuimos que es Irena. Oliver le pide el divorcio para casarse con Alice, e intenta internarla en un frenopático con ayuda del odioso psiquiatra, que a su vez está coladísimo por Irena. Un día, de forma torpe y mezquina intenta abusar de ella en su casa, y como consecuencia, al sentirse atacada, surge la pantera que es, y mata al psiquiatra, sin antes recibir una herida mortal con un sable que éste le clava para defenderse. Dejo el suspense de los últimos minutos de la película porque vale la pena no perderse esta joya del cine clásico.

DE REPENTE, EL ÚLTIMO VERANO (1959)

Basada en un guión de Tennessee Williams y Gore Vidal sobre la obra homónima del primero, y dirigida por Joseph L. Mankiewicz, este drama con aires de terror morboso nos presenta nuevamente la figura de un psiquiatra que basa su sanación de pacientes enfermos mentales a través de la lobotomía. Dedicada al psiquiatra Víctor Guasch, que me propuso esa ancestral solución como alternativa a los antidepresivos. Malas praxis aumentan el número de suicidios.
Tres actores como la copa de un pino configuran el elenco de esta película, que mezcla  diferentes temas relacionados con las pasiones más animales de la naturaleza humana (turismo sexual, las viejas y erróneas terapias psiquiátricas, llevadas a cabo por intereses económicos,la prostitución de chicos menores de edad, e incluso, el canibalismo como forma de sexo extremo gore). La gran Katherine Hepburn es la acaudalada Sra Violet Venables que le pide a un prestigioso neurocirujano, interpretado por otra de las estrellas de los años 50, Montgomery Clift que le practique una lobotomía a su sobrina Catherine, ingresada en un manicomio, a cambio de una nada despreciable contribución económica para su hospital. Pero el verdadero objetivo de la Sra Venables es que su sobrina Cat -una fantástica Elizabeth Taylor- con esa intervención olvide para siempre lo que pasó el último verano, en el que su primo e hijo único de Violet, Sebastian Venables murió en unas circunstancias que solo Catherine presenció, y que deben ser acalladas, por su brutalidad. Realmente, la locura no es la de Catherine que sabe la realidad de lo que aconteció aquel horrible verano con su primo Sebastian, si no la de la madre edípica, que no puede aceptar la homosexualidad y los gustos extravagantes de su primogénito fallecido, delante de una sociedad crítica, homófoba e intransigente.

AGNÉS DE DIOS (1985)

Tuve la ocasión de ver la versión teatral de Agnès de Deu, que se estrenó en los 90 en una sala de Barcelona (mi memoria no alcanza a recordar el año ni el nombre del local exactos), y a posteriori, un día en la TV programaron el filme que se había estrenado una década antes. Es un thriller ambientado en un convento, y está basado en el guión teatral de John Pielmeier. Lo más importante de esta cinta son los diálogos entre las actrices protagonistas y sus ideas sobre la religión, la filosofía y la enfermedad mental. 
Una novicia (una jovencita Jennifer Tilly) acaba de parir y el bebé está muerto. Al ser interrogada por la madre superiora (una Anne Bancroft austera y rígida), la monja le asegura que todo ha sido obra de dios. La abadesa se plantea el hecho de que la novicia no está en su sano juicio, y contacta con una psiquiatra, la doctora Livingston (papel que recae en Jane Fonda) para confirmar que se trata de un trastorno postraumático. La disputa entre la superiora y la psiquiatra se hace evidente en el momento que la doctora quiere profundizar más en el tratamiento con la monja y la directora del convento (Bancroft) se opone por razones que hacen pensar que esconde información relevante sobre este asunto. 

¿QUÉ PASA CON BOB? (1991)

Es chocante que la locura no hace vacaciones, pero los psiquiatras sí. Están en su derecho, pero si un enfermo está en el inicio de una depresión maníaca, o tiene ataques de ansiedad diarios, hay que darle alternativas, porque la dependencia en un principio entre paciente-psiquiatra es muy severa. En la película ¿Qué pasa con Bob? se aborda la relación entre un enfermo neurótico y fóbico (papel que interpreta Bill Murray) con su psiquiatra, el también conocido actor Richard Dreyfuss, y el pánico que le entra cuando éste último le informa que se va de vacaciones con su familia y le visitará otro colega hasta su vuelta a la consulta. El Dr Leo (Dreyfuss) le regala un libro de autoayuda, "Pasitos de bebé" para que se entretenga con su lectura en los momentos de más ansiedad, y le deje tranquilo durante su período de descanso estival. 
Pero Bob Wiley (Bill Murray) no puede controlar sus miedos y se presenta en la casa de campo del psiquiatra, con lo que se crea una serie de situaciones hilarantes y a la vez, desquiciantes para el doctor. A veces hay que poner humor a los problemas que nos agobian, y reírnos de nosotros mismos sanamente.

EL INDOMABLE WILL HUNTING (1997)

Matt Damon protagoniza esta película y es co-autor junto a su amigo Ben Affleck del guión, por el cual se llevaron la preciada estatuilla de la Academia de Hollywood. Hizo un formidable papel en El indomable Will Hunting, junto al malogrado Robin Williams -Oscara a mejor actor de reparto-, que interpreta a un psiquiatra viudo, apartado del mundo profesional, que se encarga de ajustar el comportamiento irascible de Will, un chico sin estudios pero con un coeficiente intelectual muy elevado. No es el típico psiquiatra al uso, más bien parece un educador social, pero en el guión está escrito que es un psiquiatra. In memoriam, Robin Williams. 

UN MÉTODO PELIGROSO (2011)

Un método peligroso, dirigida por David Cronenberg, y co-protagonizada por Viggo Mortensen, en el papel del famoso psiconalista y psiquiatra Sigmund Freud; y Michael Fassbender, interpretando a Carl Jung, otro de los padres de la psiquiatría analítica. La actriz Keira Knightley conforma un controvertido trío amoroso entre estos dos científicos -recordando la cinta Inseparables, del mismo Cronenberg-, por su morbo en tratar temas como la enfermedad mental o la sexualidad femenina.

K-PAX (2001)

Encontraréis la ficha técnica en la entrada 9 Películas s xxi que empiezan por K.
Un paciente ingresado en un psiquiátrico afirma ser un alienígena del planeta K-Pax, y su nombre es Prot. Papel protagonizado por el controvertido actor Kevin Spacey -recientemente acusado de presuntos abusos sexuales a un menor-, que en todo momento crees que va a desaparecer en una nave espacial, y hace dudar incluso a su psiquiatra (rol de Jeff Bridges) de su problema de identidad. La mente y sus mecanismos de defensa son tan poderosos como para crear una vida imaginaria para apartarte de una trágica realidad a la que no quieres volver más. Es una película que tiene una gran capacidad de empatizar y de sensibilizarse con el dolor. 

UNA TERAPIA PELIGROSA (1999)

El director Harold Ramis ha querido dar un toque cómico a los ataques de pánico, que por propia experiencia, son insoportables. El paciente es un capo de la mafia, Vitti, interpretado por Robert De Niro en su faceta menos conocida por el público: un gángster miedica, que tiene fobia a matar a sus enemigos, que está deprimido y no sabe cómo volver a ser el implacable asesino de antes. Por otra parte, Ben Sobel (Billy Crystal)es un psiquiatra con sus propios problemas y preocupado por su próximo matrimonio, que tiene un accidente de tráfico con uno de los mafiosos amigo de Vitti, Jimmy. Vitti acude a la terapia con Ben, pero le pide que se mantenga en secreto para no parecer más débil. Se crean una serie de momentos de complicidad entre el mafioso y su psiquiatra, y escenas divertidas viendo los desvaríos de De Niro luchando contra su estrés y su trastorno de ansiedad generalizada. 
Ben también tiene miedo de estar en constante peligro, acechado por la mafia y por la polícia que lo quiere usar de espía. Pero él lo único que quiere es casarse en paz con su amor (la actriz Lisa Kudrow). Es una película para pasar el rato sin más pretensiones. 

EFECTOS SECUNDARIOS (2013)

Hablé de esta película en la entrada sobre La nueva generación de actrices del s xxi, ya que está protagonizada por una de esta nuevas estrellas: Rooney Mara. 
En este filme se ve el interés de las farmacéuticas para usar a los enfermos como cobayas, dándoles psicotropos y pagando importantes incentivos a los psiquiatras que más recetan las nuevas invenciones químicas que se ponen de moda por temporadas, y que no dejan de ser drogas que no funcionan igual para todo el mundo. Es un thriller en el que un psiquiatra investiga a una paciente que ha asesinado a su pareja, y que afirma que estaba tomando unas nuevas pastillas antidepresivas recetadas por su doctora que inducen a la agresividad en pacientes con trastornos maníacos. El suspense queda abierto. 

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS (2022)

Estrenada el año pasado, esta película está basada en un libro homónimo del escritor Torcuato Luca de Tena, el cual quiso tratar la enfermedad mental -sobre todo la paranoia- desde un punto de vista más reflexivo y humano, y describir cómo se trataba a estos pacientes en los centros psiquiátricos de finales de los años 70, en los cambios que poco a poco se iban introduciendo, y que para los más acérrimos especialista eran criticados por ser demasiado atrevidos. Por el contrario, en la obra cinematográfica el director Oriol Paulo ha intentado realizar un thriller delirante, pasando por encima de los personajes secundarios -personas con diferentes enfermedades psíquicas que tienen un papel muy relevante en el contexto de la novela y en relación a la protagonista principal- y este hecho más los flashbacks la hacen un cinta ciertamente confusa, centrada en el papel de Alice Gould , interpretada magistralmente por Bàrbara Lennie. El final queda abierto a tu interpretación, a diferencia de la obra narrativa que no deja lugar a la ambigüedad. 

Este filme me recordó en cierta manera (por el hecho de si estaba realmente loca la paciente o se  lo hacía, o le hacían verse loca, o la acababan enfermando. Atención. Spoiler) al papel que realiza Leonardo DiCaprio en Shutter Island.